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El día de la inauguración del Hazbin Hotel llegó, y las expectativas estaban en su punto más alto. Charlie se movía entre su equipo, dando instrucciones con un tono amable pero firme. Se dirigió primero a Vaggie, quien sería responsable de mantener todo bajo control.
—Bien, Vaggie, tú estás a cargo de que nada se salga de control —. Le dijo, y Vaggie asintió, aceptando la responsabilidad.
Luego, Charlie se volvió hacia Ángel, recordándole que se comportara. Aunque Ángel le prometió tener cuidado, dejó claro que no podía garantizar que no haría algún ridículo.
A la pequeña Niffty, le aconsejó que se divirtiera, a lo que ella respondió con su peculiar entusiasmo sobre "matar cucarachas por diversión". Finalmente, se dirigió a Husk, quien, con un gruñido, se encaminó hacia el bar para cumplir su rol como bartender.
Al mirar a Alastor, que permanecía con su habitual sonrisa y su traje característico, Charlie sintió un leve nerviosismo.
—Y Alastor, ¿podrías no ser tan intimidante? —. Preguntó con una sonrisa nerviosa. Alastor, entrecerrando los ojos con un toque de burla, asintió, dejando a Charlie con una mezcla de alivio y ansiedad mientras se preparaban para abrir las puertas del hotel.
Charlie abrió las puertas del Hazbin Hotel, dando la bienvenida a una multitud de demonios de clase alta y algunos pecadores que, a pesar de sus burlas, estaban intrigados por conocer el hotel de redención que la princesa del infierno había creado.
La fiesta comenzó a cobrar vida; algunos se dirigieron al bar, mientras otros se sumergían en conversaciones animadas al ritmo de la música.
Vaggie, atenta a cada detalle, se aseguraba de que todo transcurriera de acuerdo al plan, vigilando que nada se saliera de control. En medio de la celebración, Ángel, siempre el centro de atención, exclamó con entusiasmo.
—¡Oh sí, perras, que comience la diversión! —. Con una energía desbordante, comenzó a bailar de manera sensual con varios pecadores.
Lo que provocó que Vaggie se llevara una mano a la cara, sintiendo una mezcla de fastidio y resignación ante su comportamiento.
Alastor caminaba con tranquilidad entre la multitud de demonios y pecadores, recibiendo saludos respetuosos de aquellos que lo reconocían. Los pecadores, al darse cuenta de que él era un overlord, lo saludaban con temor y reverencia, preguntándose qué hacía un ser de su estatus en un hotel de redención como el Hazbin.
Un demonio de apariencia felina y fornido se acercó y comentó.
—Demonio de la radio, qué raro que estés en un sitio como este —. Alastor, con su característica sonrisa, le respondió que estaba allí por mera diversión y entretenimiento.
El demonio felino, notando la indiferencia de Alastor, decidió aprovechar la oportunidad y le sugirió.
—Quizás podríamos formar una alianza, Alastor. Juntos podríamos expandir nuestro territorio en el anillo del Orgullo y obtener más influencia. —. Su tono era persuasivo, esperando que la propuesta resonara con el overlord.
Sin embargo, Alastor, con su eterna sonrisa, simplemente lo ignoró y continuó su camino, sin mostrar interés en la oferta. Mientras caminaba en dirección al bar de Husk, el felino se sintió frustrado, consciente de que pocos podían resistirse a la tentación de una alianza con él.
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𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐄𝐫𝐫𝐨𝐫 ||| Chalastor Hazbin Hotel
FanfictionDurante la inauguración del Hotel Hazbin, todo parecía ir bien: Vaggie supervisaba los detalles, Ángel disfrutaba bailando y Niffty limpiaba con su habitual rapidez. Alastor, manteniéndose al margen, se acercó al bar de Husk y, sin darse cuenta de l...