𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈

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El sol comenzaba a filtrarse a través de las cortinas de la habitación del Hazbin Hotel, iluminando la escena en la que Charlie despertaba, sintiéndose aturdida y con un fuerte dolor de cabeza.

Mientras intentaba recordar los eventos de la noche anterior, su mente se sentía nublada y confusa. Al retirar la manta, se dio cuenta de que estaba completamente desnuda, y su corazón comenzó a latir con fuerza al notar las marcas de mordidas en su cuello, senos y piernas.

La confusión se apoderó de ella mientras se preguntaba en voz baja qué había sucedido la noche anterior.

—¿Qué fue lo que ocurrió? —. Reflexionó, tratando de hilvanar los recuerdos borrosos que se entremezclaban en su mente.

La mezcla de alcohol y la falta de claridad en su memoria la llevaron a un estado de inquietud. Las imágenes fragmentadas apenas lograban emerger, y la sensación de vulnerabilidad la envolvía, haciéndola cuestionar la naturaleza de lo que había pasado.

Charlie se levantó de la cama, pero al intentar dar un paso, sus piernas no respondieron como esperaba, y se cayó al suelo con un golpe sordo. Sorprendida, pensó que era solo el efecto del alcohol de la noche anterior.

Con un esfuerzo considerable, logró levantarse de nuevo y, tras tomarse un momento para recuperar el equilibrio, comenzó a caminar hacia el baño.

Una vez dentro, se sumergió en un largo baño, dejando que el agua caliente la envolviera y la ayudara a despejar su mente. Después de un rato, se vistió con su característico traje rojo, el que la definía como jefa del hotel.

Respirando profundamente, se observó en el espejo y aseguró su determinación. Al sentir que estaba lista, salió por la puerta, dispuesta a enfrentar el día y cualquier desafío que pudiera surgir.

Al salir de su habitación, Charlie se encontró de repente con Vaggie, quien la abrazó con fuerza.

—¿Dónde estabas, cariño? —. Preguntó Vaggie, su voz llena de preocupación.

Charlie, confundida por la calidez de la pregunta, correspondió al abrazo, sintiendo la necesidad de aferrarse a esa conexión.

—No recuerdo muy bien qué fue lo que pasó anoche —. Respondió con sinceridad, su voz apenas un susurro.

A pesar de la incertidumbre que la rodeaba, la presencia de Vaggie le brindó un poco de consuelo. Juntas, comenzaron a caminar hacia el lobby, una en la mente de la otra, compartiendo un silencio que, aunque cargado de preguntas, también estaba lleno de un vínculo profundo y familiar.

Mientras tanto, Alastor se encontraba en la cocina, preparando el desayuno con una sonrisa en el rostro, disfrutando del aroma del café recién hecho.

Su mente, sin embargo, estaba parcialmente nublada por la confusión de la noche anterior. Recordaba haber despertado en su habitación, completamente desnudo junto a Charlie, un hecho que lo llevó a preguntarse qué había sucedido realmente.

—... Espero que no haya pasado lo que creo que pudo haber pasado... —. Murmuró, aunque su sonrisa permaneció, a pesar de la pequeña mueca que surgió en su rostro.

Sin darle demasiada importancia a sus inquietudes, volvió a concentrarse en el desayuno, cocinando huevos con tocino, disfrutando de la rutina mientras una parte de él seguía reflexionando sobre lo que realmente había ocurrido esa noche.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐄𝐫𝐫𝐨𝐫 ||| Chalastor Hazbin Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora