15^᪲᪲࣪

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+18!!!

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Son cerca de las once de la noche y hace casi media hora que Haerin no ve a Danielle por el lugar.

En algún momento de la noche, la Omega desapareció del gran salón donde se desarrollaba la fiesta, y el hecho de que aún no haya regresado le hace creer que se fue de la mansión.

Su madre se había acercado a Danielle unos minutos después de que ella se alejara, acompañada de la señora Park. Ambas se sentaron a cada lado de la omega y, desde lejos, las vio entablar una conversación. Supo que no era agradable cuando Danielle agachó la cabeza, quizás jugando con su anillo. Unos minutos después, su madre perdió los estribos frente a varios invitados, coronando el incómodo momento.

Haerin no pudo evitar pensar en lo que Danielle le había confesado al llegar a la fiesta. Por la expresión pálida que esta tenía junto a ambas mujeres, tal vez sí era verdad que su madre se comportaba como una auténtica mercenaria con la Omega.

—Hola, guapa —el suave aroma a chocolate la invadió antes de que pudiera girarse para ver de quién se trataba. Danielle tomó asiento a su lado, con las mejillas rojas y una copa de champán en la mano.— ¿Qué hace una Alfa tan linda como tú aquí solita? —la Omega le preguntó, y Haerin se rió un poco.

—Estaba esperando a mi esposa, que ha desaparecido —confesó, siguiéndole el juego.— Pero, al parecer, ella no sabe lo peligroso que es dejar a una Alfa de mi categoría sola en una fiesta plagada de Omegas que se morirían por obtener un poco de mi atención. —Danielle sonrió complacida por sus palabras.

—Quizás yo sea una de esas Omegas que daría el alma por un poco de tu atención esta noche —confesó, y Haerin se fijó en sus pómulos sonrosados, su mirada brillante y el ligero aliento etílico que escapaba de entre sus labios.—¿Qué puede hacer una Omega como yo para obtener tu atención, Alfa? — Haerin vio cortos destellos azules refulgir en los ojos oscuros de Danielle.

—Tu simple presencia es suficiente para llamar mi atención, bonita — la Omega sonrió, sonrojándose aún más, y Haerin se rió con ella, sintiéndose un poco infantil al coquetear con su esposa como si se tratara de otra persona.

Danielle terminó el contenido de su copa de un solo trago y luego volcó toda su atención en Haerin. La Alfa la vio recorrer su cuerpo con la mirada, detallando cada parte con un descaro que no le era propio, lo que le hizo percatarse de que la Omega tenía varias copas de más en su sangre.

—En ese caso... — Danielle inició, inclinándose hacia él hasta quedar muy cerca, y pronto todo lo que captaron los sentidos de Haerin se limitó a la Omega: su olor, su calor, su rostro bonito a centímetros del suyo.

—» Espero que me permitas quedarme mientras esperas a esa Omega que no sabe lo que se pierde al estar lejos de ti —le dijo en un ronroneo, rozando sus labios.

Haerin la miró a los ojos, sus iris oscuros brillando con ligeros destellos azules y la pupila dilatada por el alcohol. Danielle dejó escapar un suave jadeo sobre sus labios, y lo próximo que supo Haerin fue que se estaban besando.

Los labios de la omega se movían con brusquedad sobre los suyos, en un beso demandante que le quitaba el aliento. La lengua de Danielle se coló dentro de su boca, aprovechando un corto jadeo que escapó de la Alfa, y pronto el sabor a champán mezclado con algo dulce invadió su paladar debido al choque de sus lenguas.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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