💥
Algo andaba mal, Danielle lo presentía.
Llevaba toda la mañana sintiéndose ansiosa. Su lobo no colaboraba tampoco, provocando que se le erizaran los vellos de la nuca. La primera persona en la que pensó fue en Haerin, la había llamado y la Alfa le había dicho que llevaba ya media hora en el trabajo y que estaba bien. Después de eso llamó a todas y cada una de sus personas cercanas, que le dieron la misma respuesta: "Estoy bien".
Danielle se alegraba, pero eso no borraba la sensación de ansiedad que tenía desde hace unas horas. Miró el reloj de pared, marcaba las tres de la tarde. Decidió que lo mejor era salir de la casa, buscar en qué entretenerse para sacarse ese presentimiento de encima. Fue hasta la habitación, tomando una bolsa y algo de dinero.
Mientras bajaba las escaleras, un par de toques se escucharon desde la puerta de la entrada. Debido a eso arrugó sus cejas, ella no esperaba a nadie.
Trotó hasta la puerta, abriéndola con una sonrisa, que desapareció al ver a las dos personas frente a ella. Una Haerin jadeante, con el cabello sudado y el rostro enrojecido era sostenida por Shotaro. La preocupación invadió a Danielle al instante.
—Mi amor.— la llamó, acunando su rostro. Estaba caliente. Demasiado.—Estás hirviendo en fiebre.—Haerin murmuró algo bajito, apoyándose en la caricia que dejaba su mano en las mejillas febriles. Inhaló el aire alrededor de la pelinegra y sus piernas flaquearon. Haerin estaba en celo.
—Su celo se adelantó. Se supone que debía ser en dos días.—Shotaro le contó, sintiendo el agarre de Haerin soltarle. Danielle se tambaleó cuando todo el peso del cuerpo de la Alfa cayó sobre el suyo. La sostuvo en un abrazo, sintiendo a Haerin esconder la nariz en su cuello, inhalando su aroma.— Hyein le dio un supresor en la oficina, pero creo que deberías darle otro. Su celo es muy fuerte.— Danielle asintió.
—Gracias, Shotaro-ssi. Yo me encargaré a partir de aquí.—El Alfa asintió, deseándole suerte antes de irse. Danielle se acercó a cerrar la puerta con mucha dificultad debido a tener el cuerpo de Haerin aferrado al suyo.—Tengo que buscar un supresor y un antipirético para que lo tomes. Siéntate en el sofá y espérame aquí.— la Alfa gruñó en respuesta. —
—No. Te quedas conmigo.— Danielle sonrió, yendo a acariciar los cabellos de la Alfa. Obtuvo un ronroneo por la caricia y se sintió a sí misma derretirse de ternura.
—Entonces ven conmigo.—Le ofreció.—Tienes que tomar pastillas, después te ayudaré a darte un baño y comerás algo. —Haerin no dijo nada, manteniéndose abrazado a ella. Danielle suspiró.—Alfa.—la llamó y sintió el cuerpo de Haerin estremecerse. —Hazle caso a tu Omega, ¿sí?
La pelinegra no respondió, en su lugar, la tomó de la mano, arrastrándola prácticamente hasta la cocina. Danielle dejó un besito en su mejilla antes de buscar las pastillas.
Le extendió dos a Haerin: un supresor y un antipirético, le preocupaba la fiebre de la Alfa. Luego ella se tomó un supresor, tenía que estar consciente para cuidarla. Dejarse llevar por su instinto era algo que no podía permitir.
—Ahora, al baño.— se acercó a tomar la mano de Haerin, más esta permaneció estática en el lugar, mirándola con grandes ojos negros.
El azul iba y venía de sus iris, apareciendo de repente para luego desaparecer casi al instante. Sabía que la Alfa estaba luchando con su lobo por el control, Haerin no se lo cedería tan fácilmente. La Alfa dio un paso hacia ella, invadiendo su espacio personal y pronto tuvo manos en su rostro, que la atrajeron a un beso brusco.
Gimió en la boca de la Alfa, sintiendo humedecerse por el beso que era un enredo de lenguas y mordidas. Haerin llevó sus manos a su cuerpo, deslizándose hasta su trasero y se sostuvo de los hombros de la Alfa cuando lo alzaron, sentándola sobre la encimera.
ESTÁS LEYENDO
Pusilánime [ daerin ]
Fanfic⟩⟩ Marsh Danielle siempre ha sabido que no es suficiente para Kang Haerin. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que la Alfa se ha conformado con tenerla a su lado y que no es exactamente a quien desea tener por Omega. Sin...