Lee Hyein huele raro.
Su olfato y ella llegaron a esa conclusión cuando la Omega se inclinó sobre su escritorio para mostrarle el resumen de la reunión que había suspendido el día anterior para ir a almorzar con Danielle.
No era un "raro" malo, debía admitir. Haerin tenía una nariz sensible a los olores y el aroma de su secretaria nunca había sido algo que le molestara.
Sin embargo, con el embarazo, el olor se había vuelto más dulce, casi empalagoso, con ligeros tonos a leche y fresas.
Y no habría sido un problema en absoluto; a ella no le molestaba ese cambio. Pero sería más fácil de sobrellevar si su Alfa no le estuviera repitiendo en la cabeza desde hace horas que tienen una Omega a la que podrían hacer oler de esa forma. Leche y chocolate, la combinación perfecta.
—Señora Kang, ¿debería usar supresores para venir a trabajar? —pregunta su secretaria, incorporándose mientras Haerin la observa dar unos pasos atrás para alejarse—. Le molesta mi aroma —no es una pregunta, la Alfa lo sabe.
—No me molesta —responde, aunque tiene la nariz fruncida—. No deberías tomar supresores. Eso dañaría a tu cachorro, ¿no? — Hyein se sonroja ante su pregunta, y Haerin se pregunta si ha dicho algo inapropiado.
—Sí, no debo usar supresores durante el embarazo —admite en voz baja.
—Entonces no los uses. Tu aroma no me molesta —su secretaria asiente y se aleja en silencio mientras Haerin mira la hora en su reloj.
Faltan quince minutos para las siete, y la idea de ir a casa a cenar con Danielle suena tentadora. Su lobo la apoya feliz, demasiado dispuesto en todo lo que implique cercanía con la Omega, y quizás debería quejarse con Danielle por "lavarle el cerebro" a su lobo.
En menos de media hora, llega a la casa que comparte con la castaña. Es la primera vez en cuatro años que Haerin llega temprano a su hogar, y casi la quinta vez en que se queda a cenar con la Omega.
Desbloquea la puerta y el suave aroma a chocolate de Danielle inunda el lugar. Su lobo se relaja en su pecho casi al instante, al igual que los músculos tensos de Haerin.
Observa con cautela una bolsa mediana con olor a bebé sobre el sofá, y Haerin frunce el ceño mientras busca a la omega por la casa. Pronto, sus ojos se encuentran con otros casi tan negros como los suyos.
Danielle está de espaldas a ella, sosteniendo a un pequeño cachorro que Haerin recuerda de algún lugar.
El bebé la mira desde su posición, apoyado en el hombro de Danielle. Sus ojitos se vuelven llorosos, su pequeña nariz está roja, su labio inferior tiembla, se escucha un leve gemido, y la alfa aprieta los labios cuando el cachorro estalla en llanto.
Haerin gruñó en voz baja mientras caminaba hacia la cocina. El sonido de Danielle arrullando suavemente al bebé se combinaba con los gritos del pequeño en una melodía abrumadora. La Omega mecía al bebé, acariciando su espaldita en un intento por calmarlo.
—¿Necesitas ayuda con eso? —preguntó Haerin. Danielle, al percatarse de su presencia, la miró perpleja, casi estupefacta de verla allí tan temprano. Sin embargo, su atención pronto se desvió al bebé cuando lo escuchó sollozar bajito.
—Eso estaría bien. Gracias —respondió la castaña. Haerin observó con el ceño fruncido el campo de batalla que era la cocina de su casa.
—¿Sabes cómo sostenerlo? —preguntó Danielle, acunando al bebé en sus brazos. Parecía una cosita tan pequeña, ¿qué tan difícil podía ser cargarlo?
—Puedo intentarlo —dijo Haerin. Danielle le sonrió aún con el bebé en brazos, mientras el lobo interior de Haerin le mostraba una presentación mental de lo maravillosa que se vería la Omega con su propio bebé.
![](https://img.wattpad.com/cover/374986000-288-k593928.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pusilánime [ daerin ]
Fanfiction⟩⟩ Marsh Danielle siempre ha sabido que no es suficiente para Kang Haerin. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que la Alfa se ha conformado con tenerla a su lado y que no es exactamente a quien desea tener por Omega. Sin...