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Han pasado exactamente diez meses desde la última vez que habló con Rei. Antes, solían llamarse todos los días, incluso sin ninguna novedad, simplemente para contarse cómo estaban.
Después de casarse con Haerin, hablar con su hermana mayor se volvió más complicado, especialmente porque Rei siempre le preguntaba cómo iban las cosas o cuándo se dignaría a darle sobrinos, mientras Danielle intentaba no ahogarse en la indiferencia de la pelinegra.
Rei se había mudado en cuanto se casó con su Alfa. Desde entonces, las veces que Danielle la había visto eran escasas y limitadas a ocasiones importantes.
Danielle sabía que su hermana tenía su propia vida, problemas con los que lidiar, y un par de cachorros revoltosos que le robaban el tiempo, pero eso no le impedía extrañarla mientras observaba a las hermanas Kang interactuar.
Apretó el celular en su mano, sus ojos fijos en el contacto que mostraba el nombre de Rei. Quizás era momento de romper ese insoportable récord de diez meses sin hablar con ella y saber algo de su hermana.
Sus dedos temblaban cuando pulsó la opción de llamar, invadida por los nervios de volver a hablar con ella. Era ridículo, era su hermana.
—¿Danidan? —La voz emocionada de Rei la trajo de vuelta a la realidad. La pantalla de su celular mostraba una llamada en curso. Parpadeó un par de veces para salir del mundo en el que tantas veces se sumergía.— Dios, ha pasado tiempo desde que hablamos. ¿Cómo has estado, cachorra? —Sonrió al escuchar el apodo con el que Rei solía llamarla en su infancia.
—Estoy bien, Unnie. Yo... —Danielle apretó los labios, sin saber muy bien qué decir.
—»¿Y tú? ¿Cómo han estado los niños? —sintió su cuerpo relajándose al escuchar la suave voz de su hermana.
—Me tienen agotada. Bebés, saluden a la tía Danidan. —La Omega escuchó unas voces agudas saludándola casi al unísono, seguidas de risas estruendosas y pasos rápidos, hasta que Rei los regañó.
—»Perdonales por no hablar más contigo. La imbécil de Yujin les compró pistolas de agua, y ahora andan disparando a todo lo que se mueve. Me he tenido que cambiar de ropa como nueve veces hoy —se quejó con un tono quejumbroso.
—Nunca habías llamado a Yujin unnie "imbécil", ni siquiera cuando tuviste a los niños. Hanni unnie dice que tener cachorros te hace querer maldecir y matar a tu Alfa —Danielle omitió añadir que se preguntaba si ella también maldeciría a Haerin cuando tuviera su propio cachorro, y en su lugar se atrevió a preguntar en voz baja—: ¿Todo está bien en casa, Reinie? —La aludida tardó unos minutos en responder.
—Sí, todo está bien. No hay nada de qué preocuparse, solo... desacuerdos —respondió, y Danielle no tuvo tiempo de añadir algo más porque su hermana se adelantó.
—»Hablando de Alfas imbéciles, ¿cómo van las cosas con Haerin? ¿Sigue jugando a ser indiferente? —Danielle sonrió ante esas palabras.
—Está mejorando, Unnie. Las cosas están mucho mejor entre nosotras que hace unos años —confesó, imaginándose a Rei sonriendo al otro lado de la línea.
Le había contado muchas veces cómo era su relación con Haerin, especialmente cómo la Alfa se comportaba la mayor parte del tiempo. Rei le había aconsejado en tono gruñón que le pateara el trasero orgulloso a Haerin hasta el Polo Norte, mientras ella solo reía con el corazón apretado.
Nunca le dijo que la razón por la que Haerin era así con ella era porque, en realidad, Haerin siempre quiso casarse con Rei. Solo que cuando fueron a concretar esa unión, su hermana ya estaba felizmente comprometida con una importante magnate de Busán, y Haerin tuvo que conformarse con Danielle como compensación.
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Pusilánime [ daerin ]
Fanfic⟩⟩ Marsh Danielle siempre ha sabido que no es suficiente para Kang Haerin. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que la Alfa se ha conformado con tenerla a su lado y que no es exactamente a quien desea tener por Omega. Sin...