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Habían pasado ya varios meses desde que Lando y Checo se habían hecho novios oficialmente, pero el brillo en sus ojos cada vez que se miraban seguía siendo el mismo que al principio. Cualquiera que los viera juntos en el paddock podría jurar que estaban en los primeros días de su relación, por la forma en que se reían y cómo siempre estaban pendientes el uno del otro. Pero lo cierto era que, aunque el tiempo había pasado, el amor entre ellos solo se había fortalecido.

Era un día soleado en el paddock, y el bullicio habitual estaba en pleno apogeo. Lando estaba cerca de los boxes, terminando una conversación con algunos miembros de su equipo, ahora iniciando una plática ligera con Oscar, pero su mirada se desviaba constantemente hacia Checo, quien, a unos metros de distancia, estaba hablando con el personal de Red Bull. Sin embargo, algo en la postura de Checo no se veía bien. Estaba tenso, y Lando podía notar, incluso desde lejos, que algo no iba bien.

Cuando finalmente Checo terminó su conversación, caminó con el ceño fruncido hacia donde estaba Lando. Su expresión era de puro estrés y frustración.

-¿Qué pasa, rayo de sol? -preguntó Lando suavemente, usándole ese apodo que siempre lograba sacar una sonrisa a Checo, pero hoy no fue el caso.

Checo soltó un largo suspiro antes de hablar.

-Max ha estado insoportable, Lando. No solo sigue siendo un dolor en el culo como siempre, sino que ahora está llevando las cosas al límite. Hoy me mandó contra una barda de contención en las pruebas, el carro está hecho una mierda, ¿puedes creerlo? -El mexicano hablaba entre dientes, claramente enfadado. Estaba acostumbrado a la competitividad de Max, pero desde que Lando y él habían hecho pública su relación, Max se había vuelto aún más difícil de manejar.

Lando lo miró con preocupación, pero también con una calma que Checo apreciaba. Antes, cuando comenzaron a salir, Lando era el que solía perder los nervios con facilidad, pero desde entonces, el británico había madurado muchísimo. Ahora, era él quien sabía cómo mantener la compostura en momentos como este.

-Lo siento, Checo. Max siempre ha sido complicado, pero lo que hizo hoy es inaceptable. -Lando le puso una mano en el hombro y lo atrajo hacia sí, abrazándolo con firmeza. No había palabras mágicas que pudieran borrar lo que había pasado en la pista, pero Lando sabía que a veces, un simple abrazo era todo lo que necesitaba Checo.

Checo cerró los ojos y apoyó la cabeza en el hombro de Lando, dejando que el cansancio y la frustración se disiparan por un momento. Era como si el simple contacto con su novio tuviera el poder de hacerlo sentir mejor, de recordarle que no estaba solo en esto.

-Eres increíble, princesa -murmuró Checo con una pequeña sonrisa, apenas audible. Había algo en la forma en que Lando siempre estaba ahí para él, cómo lo escuchaba y lo contenía sin importar qué, que hacía que Checo se sintiera afortunado de tenerlo a su lado.

Lando rio suavemente al escuchar el apodo. Lo había escuchado muchas veces antes, pero hoy, por alguna razón, sonaba aún más especial.

-Siempre voy a estar aquí para ti, ¿sabes? No tienes que cargar con esto solo -dijo Lando, mientras acariciaba suavemente la espalda de Checo.

Checo, por su parte, no podía evitar comparar mentalmente cómo se sentía ahora con cómo se había sentido en su relación con Max. Max nunca había sido alguien que lo presumiera públicamente o que mostrara demasiado afecto. Aunque intentaba no hacer comparaciones, la diferencia entre la frialdad de Max y el cariño incondicional de Lando era evidente. Sin embargo, Checo decidió que Lando no merecía ser comparado con Max. Lando era simplemente el mejor novio que había tenido, sin duda.

Oscar quien, incómodamente, aun estaba cerca de ambos, escuchó a Checo llamarlo "princesa" y no pudo evitar reír.

-¿Por qué lo llamas princesa? -preguntó con curiosidad.

Checo sonrió, mirando a Lando con cariño.

-Le llamo princesa desde hace años. Desde el principio se mostró como una pequeña princesa, con su actitud mimada y egocéntrica. Pero ahora, mi princesa ha crecido -respondió, dándole un leve codazo a Lando en el costado, quien se sonrojó ligeramente, aunque le encantaba que Checo lo llamara así.

Lando no tardó en devolver el cariño de Checo con una atención constante. Se inclinó hacia él, acomodándole el cuello del Nomex con delicadeza, asegurándose de que estuviera perfecto antes de la próxima sesión de entrenamientos.

-No me gustaría que mi rayo de sol no se viera perfecto allá afuera -bromeó, mientras ajustaba una de las tiras.

Checo sonrió ampliamente, dejándose mimar por Lando. No solía mostrarse tan meloso, pero en ese momento, sentía la necesidad de ese tipo de cariño. Era raro que él tomara esa actitud, pero sabía que Lando aceptaría sin problemas. Y así fue. El británico se mostraba aún más atento, entregándole su bebida favorita antes de que Checo se lo pidiera, y esperándolo siempre para ir juntos a sus motorhomes después de cada sesión.

-Gracias por estar siempre aquí, Lando. -Checo suspiró, sintiendo cómo el peso de la frustración se desvanecía poco a poco gracias a su novio.

-No tienes que agradecerme por nada. Te lo dije antes y te lo diré siempre, siempre voy a estar aquí para ti -respondió Lando, acariciando suavemente la mejilla de Checo con una sonrisa que parecía iluminarlo todo.

Finalmente, después de un rato en el que ambos se sentaron juntos, simplemente disfrutando de la compañía del otro, Checo rompió el silencio con algo que Lando no esperaba.

-Tengo mucha suerte de ser tu novio. Te amo, princesa.

Lando sintió cómo el corazón se le aceleraba, como si todas las emociones lo golpearan de una sola vez. Era la primera vez que Checo le decía esas palabras exactas, y a pesar de que él ya lo había dicho muchas veces antes, escucharlo salir de los labios de Checo lo dejó sin aliento.

-Yo también te amo, Checo -respondió Lando con una voz temblorosa, mirándolo a los ojos. El amor que sentía por él era algo que había querido expresar desde hacía mucho, pero ahora, escucharlo de vuelta le hizo sentir una felicidad que lo sobrepasaba. Era como si todo el esfuerzo y crecimiento que habían tenido como pareja finalmente culminara en este momento perfecto.

Sigues con él  | Checo & Lando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora