El final

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El comandante mató al hombre, atravesando su pecho con el puño.

-Vamos a la sala de conferencias.


Allí usó un aparato colgado en la pared: "Venid todos a la sala de conferencias". Su voz resonó por toda la comisaría, cinco minutos después cien ejecutores se habían reunido allí.

-Lo que os voy a contar hoy es difícil de decir. Asimov no es quien pensamos que era, he estado siguiendo sus órdenes sin cuestionarlas, sin embargo descubrí que él permite que se vendan drogas. No podemos dejar que el siga gobernando, entiendo que no todo el mundo me va a seguir, tenemos que matarlo y crear una democracia. Muchos de vosotros no sabéis lo que es, en ella el pueblo vota a su alcalde y las decisiones más importantes las elige el pueblo. Asimov lleva ya más de diez años gobernando, va siendo hora de que lo saquemos del poder. ¿¡Quién está conmigo !?.

Todos los de la sala gritaron en respuesta "¡Te seguiremos hasta la muerte!".

Aquel día más de cincuenta coches se dirigían al lugar desde donde gobernaba Asimov, el edificio más grande de la ciudad.

Cuando entraron no hubo ninguna pregunta, mataron sin ninguna piedad a los soldados, les atravesaron el cuello con los dedos. El único lugar del traje que no tenía protección, antes de que los militares pudieran reaccionar cayeron muertos con el cuello perforado, su traje azul se manchó de la sangre roja que le brotaba del cuello.

Los dos que estaban en el ascensor se alertaron y dispararon a los ejecutores, sin embargo ellos cerraron sus antebrazos por delante de su cabeza y protegieron sus cuellos. Los militares poco acostumbrados a luchar sin armas de fuego y estando a corta distancia fueron asesinados.

El comandante, 13 y cinco ejecutores más subieron al ascensor, los demás subieron por las escaleras. Llegaron a la sala desde donde Asimov gobernaba la ciudad y él se levantó de la silla, llevaba su traje dorado y el casco puesto.

Los cinco ejecutores que iban con ellos se abalanzaron hacia él, a Asimov le salieron dos espadas de los brazos y sin gran dificultad decapitó a los ejecutores.

- Voy a ir a por él, tú no intervengas. Dos contra uno es de traidores, aunque el rival llevé armas.

- Entendido comandante.


El ejecutor de negro se acerco a Asimov y el le lanzó su espada hacía su cuello. El comandante se movió hacía un lado esquivándola y con el canto de la mano golpeó la parte de la arma que no cortaba. La hoja se partió y a continuación le atravesó el cuello con los dedos. El alcalde cayó al suelo y allí se desangró, el dictador había muerto. Unos meses después empezó a haber democracia en oasis y un nuevo alcalde fue elegido.

La ejecutora XIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora