—¿En qué piensas?
Rai tragó saliva, no se había percatado pero las manos de Alondra le abrazaban los muslos.
—En tí
—¿Por qué?
—¿Quién eres?
Ella soltó una sonrisa y a Rai se le hizo dificil aguantarse las ganas de besarla. Era hermosa.
—¿Por qué me preguntas eso de pronto —suavemente, acarició la piel de Rai sobre sus piernas. Ella se mojó los labios, y al hacerlo, recibió un pequeño beso de parte de ella.
—Quiero saber de ti.
—No, no quieres...
—Quiero
—¿Por qué? Así estamos muy bien. —volvió a besarle la boca, sin separarse de ella ni ur solo centímetro.
—Porque necesito saber de ti. ¿Que tal si eres una asesina en serie? —bromeó.
—¿Y es necesario?
Esa broma no le había causado gracia, ni siquiera había sonreído.
—Mucho.
—Ya.. —respiró hondo y pensó un poco en que decirle— ¿Qué te digo? Pues tengo cuatro hijos, uno de ellos me abandonó pero los demás viven conmigo.
—¿Qué? —Rai abrió los ojos, instintivamente quiso separarse de ella. Pero Alondra la apretó contra ella.
—Que tengo ganas de tí.
—Jodete, no has dicho eso anteriormente...
—Pero es verdad, justo ahora tengo muchas ganas de hacerlo de nuevo —se inclinó un poco para alcanzar su boca. Juntándola con la suya y humedeciendo su dulce aliento con el de ella. Mordió los labios de Rai, comiéndoselos suavemente.— no tengo cuatro hijos
—Eres una idiota, me has asustado.
—¿Por decirte que me pones muchisimo?
Ella enrojeció de nuevo.
—No, por decirme que tenías cuatro hijos
—¿Entonces? Te parece normal que te diga que me provocas, ¿Verdad? Lo ves, es tu culpa. Mírame, me has desnudado. —ambas bajaron la mirada al cuerpo de Alondra— y ahora me acosas, genial.
Rai cerró los ojos y rió junto a ella, escondió su rostro en su cuello. Ella comodó sutilmente su cabello tras la oreja, al hacerlo Rai se levantó para mirarla.
—¿Tienes pareja?
Su corazón palpitó con fuerza, la adrenalina golpeó todas sus emociones.
¿Realmente acaba de preguntar eso?
—¿Crees que si lo tuviera estaría haciendo esto contigo?
—Tal vez.
—No soy como tú piensas.
—Es que esto ha sucedido tan rápido, no lo digo por eso
—Piensas que soy una zorra, ¿Cierto?
—Yo no he dicho eso
—Tienes razón, lo soy. Soy una completa zorra por a verme acostado contigo sin antes a verte conocido.
Se colocó de pie, soltándose de los brazos de ella, Alondra tuvo que voltearse, mientras esta se subia los pantalones de nuevo.
—Rai, no dije eso, me refería...
—No tienes que decir nada. - Ie interrumpió Rai. Jamás en toda su vida se habia sentido tan avergonzada como en ese momento. ¿Pero que había hecho? Se habia acostado por segunda vez con una tipa que no conocía. Tenía todo el derecho en insinuarle que era una: zorra. Aunque ni siquiera lo pensara.
—Déjame hablar. —le pidió. Pero ella seguía dándole la espalda.— Rai —ella cerró los ojos. No quería escucharla.
—Vete, ¿Sí?
—Rai...
—Por favor Michelle
Espera un momento.
¿Cómo ella sabía su segundo nombre?