—Me gusta este —acarició el tatuaje de su cuello. “Trust me” era lo que decía.
—¿No te gustaría hacerte uno?
—¿Qué? Claro que no
—Has dicho que te gusta este.
—Pero no en mí —puso los ojos en blanco.
Había contado la cantidad de tatuajes que tenía hace un par de minutos.
Diez exactos.
—Te caería espectacular uno... —empezó a llevar su mano desde su pierna hasta su cintura un poco abajo de la costilla— Aquí —Rai se ruborizó de inmediato.— Pero no algo pequeño, que sea a lo largo, uno parecido al mío —le mostró uno que estaba un poco abajo de la muñeca, justo en su brazo.
—No lo sé...
—Te daría en rojo, te vieras sexy
—¿Gracias?
—¿Te lo harás cuando volvamos?
—No, que miedo Alondra...
—¿Qué es el miedo? —le preguntó, Rai enarcó una ceja.— Si no es ahora, en diez años lo sentirás igual. —ella subió sus ojos hacia los de Rai, ambas se miraron. Pero ninguna sabía de qué manera demostrarse lo que sentian en ese momento.
—Lo pensaré —dijo ella mordiéndose un labio.
—Si quieres hacer algo pero le tienes miedo, entonces hazlo con miedo.
El silencio se abrió entre las dos. Ambas deseando saber que cancion era la que seguía en los amplificadores del auto, Let Me Love You de Justin Bieber y DJ Snake sonó.
—¿Te gusta esa canción?- le preguntó Rai, aquello le habia sorprendido un poco
—Sí —contestó tratando de recordar la letra, no iba a decirle la verdad, detestaba esa canción. Pero por alguna razón, ella la amaba. Lo había descubierto la primera vez que pasaron juntas, esa misma noche revisándole el celular para apuntar su numero en su agenda, había descubierto que aquella era su canción favorita.
—¿Es enserio? —se emocionó
—Sí —volvió a mentir— esa es mi canción favorita.
Rai entreabrió los labios.
—¡La mía también!
Alondra se rió por dentro, le hacía tanta
ilusión verla sonreir de esa manera.Sabía lo que seguramente Rai estaría pensando de ella en ese momento.
Que era perfecta.
Que estaba hecha a su medida,
Algo como: ¿Por qué no apareció antes?
—Never let you go, never let me down.
Nunca te dejaré ir, nunca me decepcionarás.Alondra empezó a cantar, que suerte justo se recordaba de esa parte.
—Oh, it's been a hell of a ride.
Oh, ha sido un tremendo viaje—Driving the edge of a knife.
Conduciendo al filo de un cuchillo—Never let you go, never let me down.
Nunca te dejaré ir, nunca me decepcionarás—Don't you give up, nah, nah, nah.
No te rindas, no, no, no—I won't give up, nah, nah, nah.
No me rendiré, no, no, no.Joder, había olvidado que seguía.
Estaba jodida.
Sin dejar pasar mucho tiempo Rai se unió junto a ella, estaba complementandola. Pero ella no se dió cuenta que la realidad era que Alondra había olvidado el coro.
—Let me love you.
Déjame amarte—Let me love you.
Déjame amarteAlondra se le acercó y empezó a besarla despacio.
Besándola con delicadeza.
Y sus cuerpos se tocaban, bajo un cielo lleno de estrellas.
Perdidas en medio de la nada.
Solo las dos.
Sin importar más.
Aunque Rai no supiera del todo con quién estaba, aunque no tuviera idea de con quien estaba compartiendo esos besos.
Se tocaron una vez más.
Rai se volvía a reír de los intentos de cantos que hacía Alondra mientras ella le apretaba las caderas.
Ya no eran consientes de cada paso que estaba dando.
Hasta donde estaba llegando.
Y de quién...
Se estaban enamorando.