12.

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—¿Quién eres? —le preguntó de nuevo.

No supo por qué, pero pasó suavemente sus dedos por las mejillas de Alondra, acariciándoselas.

Esta tragó saliva, nunca nadie había hecho esto antes. Moría de ganas por cerrar los ojos y dejar que la tocara.

—¿Porqué siempre preguntas lo mismo?

—Quiero saber

—Tengo una mejor manera de explicártelo —sus manos apretaron las caderas de ella. A la misma vez, sus bocas volvieron a juntarse.

Rai se separó. Alondra aceptó que lo hiciera, no se interpuso,  pero necesitaba seguir besándola.

De pronto, Rai la besó esta vez. En esta ocasión siendo Rai quién la dominaba, la estampó contra la pared mas cercana

Al tenerla encerrada entre su cuerpo y la fria pared, la besó de nuevo. Un beso más intenso. Lleno de sentimientos y una lujuria inmensa, avanzando a un nivel extraordinario.

—Lyle es solo un amigo. —tuvo que separársele un poco para poder hablarle.

Alondra asintió.

—¿Y yo que soy? —la miró fijamente a los ojos.

—No sé ni quién eres Alondra...

La ignoro, se dedicó a quitarle el primer botón de su camiseta a cuadros; primero uno, luego otro. Hasta dejar su camiseta completamente abierta.

—Que traviesa....

—Traviesa tú. —alcanzó sus labios y se los besó. Se fijó en sus ojos al besarla, cerrados se asemejaba a un ángel. Era la primera vez que se fijaba en los ojos de una mujer cuando la besaba.

Rai separó sus labios, y esta vez lo estampó contra el cuello de ella, había sido demasiado. Estaba tocando su punto débil.

—Joder, no hagas esto...

Rai besó una vez más su cuello. Su respiración chocó contra la piel de ella, sintió que moriría.

—Basta gatita... —sabía que si seguía haciéndolo, se descontrolaría.

—¿Me has dicho gatita? —paso sus dedos por los labios de ella, Alondra no hizo más que besárselos.

—Cuando cierras los ojos para besarme, te pareces a una

Rai soltó una pequeña sonrisa.

—Quiero verte mañana..

—Yo también.

—Entonces, ¿Sí?

—Sí, sí, sí —le afirmó Alondra besándola tres veces.— pero ahora quiero terminar con algo.

Se inclinó para morderle el cuello, Rai se estremeció por completo. Si tan solo tuviera una idea de lo mal que estaba.

—Mañana... —le susurró ella. Algo parecido a un gemido.

—¿Mañana? —le preguntó

—Te prometo que mañana. —mordió su labio ligeramente.

Ella se contuvo.

Guardó todas las ganas que tenía por comérsela.

Se tragó todas las palabras que tenía para decirle.

—Vas a pagarme por esto. —y sin más se fue dejandole un beso en los labios.


Alondra estacionó su auto. Acostumbraba ir al mismo bar casi siempre con los demás los viernes.


—¡Mira quién ha llegado! —gritó Kael. Todos se voltearon a mirarla.

Era la única que faltaba.

—Hasta que llegas. —se quejó Alex.

Alondra se limitó a no responder.

—Basta, dejen a la pobre, la vida es una —Jack puso una mano tras su hombro— Te quiero presentar a alguien.

Alondra se volteo y al instante volvió a verlo. Su cara era de pocos amigos.

—No tienes que agradecerme. — Jack le guiño el ojo.

La morena le dedicó una sonrisa

—¿De qué burdel la has sacado? Te he dicho mil veces que no me gusta que me traigas a tus amiguitas.

—Joder —el chico se notaba algo molesto e indignado a la vez — Lo he hecho por ti. Mírala. —dijo.

Apartó la mirada, pero poco a poco. la volvió hacia a ella. Tenía que admitir ese vestido negro la hacía ver espectacular.

—Es linda, ¿No?

Kael y Alex solo observaban la escena atentamente, no era la primera vez que pasaba esto.

Usualmente, eso siempre terminaba mal.

Alondra se acercó a pasos lentos.

La analizo de pies a cabeza, la chica se sentía intimidada.

Era linda.

Tenía los rasgos que le gustaban.

Talvez ahora fuera diferente, talvez le diera una oportunidad.

—Soy Ángela. —le dijo ella. asintió.

Se fijó de nuevo en sus pechos. En uno de ellos, sobresalía un tatuaje en forma de anillo.

—Alondra —se presentó cortante. Ella soltó una risa al darse cuenta de lo que Alondra miraba.

Se le acercó un poco más, susurrandole algo al oído.

—Toma tus cosas —la chica rápidamente tomo su bolso y le dió el último trago a su bebida.— Vete por dónde veniste.

La morena la miró despectivamente, tomó el trago de Jack y se lo tiró en la cara a este mismo. Está se fue rápidamente, Alex y Kael ocultaban sus ganas de reírse y Alondra simplemente le dedicó una sonrisa a Jack.

—Gracias por lo de mi camisa

—A mí no me tienes que agradecer sino a tus amigas.

—Que empiece la noche entonces, la vida es joven y nosotros también —dijo Alex— Alondra, llama al mesero y pide una botella de whisky y su número porque está súper lindo.

Esa noche fue diferente.

La razón por la que no acepto a la chica era diferente y sencilla, no era Rai.

𝑇𝑒𝑛𝑡𝑎𝑡𝑖𝑜𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora