CAP 1

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Una tarde, mientras organizaba unos documentos, recibí un mensaje de texto de Danielle. "¡Clairo y yo queremos que vengas a cenar esta semana! Queremos saber cómo te va en Los Ángeles y en tu nuevo trabajo". Me sonrió el corazón al leerlo. Sabía que ellas siempre estarían ahí para mí, apoyándome en cada paso.

-Claro, me encantaría -respondí, sintiendo un alivio al saber que tenía amigas a quienes recurrir en esta nueva etapa.

Cuando llegó el día de la cena, me sentí emocionada y nerviosa. Quería que todo estuviera bien. Al llegar al restaurante, vi a Danielle y Clairo esperándome en una mesa. Ambas sonrieron y me saludaron con abrazos cálidos.

-¡Estás radiante! -dijo Clairo, mientras nos sentábamos.

-¿Y cómo te va en el trabajo? -preguntó Danielle, interesada.

A medida que compartía mis experiencias sobre la empresa, sobre cómo era trabajar con la Señorita Eilish y cómo me estaba adaptando, la conversación se volvió más ligera y divertida. Hablamos de anécdotas, de lo que había cambiado en nuestras vidas desde que nos mudamos y de lo que esperábamos para el futuro.

-La Señorita Eilish es increíble, pero también un poco intimidante -confesé-. Su cabello rojo brilla bajo la luz de la oficina y tiene una forma de mirar que me hace sentir como si estuviera siendo evaluada todo el tiempo.

Clairo rió y me animó. -¡Eso es normal! Ella es la jefa. Pero, ¿te ha hablado de su vida fuera del trabajo?

-A veces, sí. Me cuenta sobre sus proyectos y sueños. Es muy apasionada. -Me detuve un momento, sintiendo que las palabras no eran suficientes para describir cómo me hacía sentir.

-¿Y tú? -preguntó Danielle, con una mirada curiosa-. ¿Has pensado en lo que te gustaría hacer aquí en Los Ángeles?

Mientras continuaba hablando con mis amigas, me sentí más segura sobre mi camino, agradecida de tenerlas cerca. Con cada risa y cada consejo, la distancia que había sentido al llegar a esta nueva ciudad se evaporó, dejando solo el amor y el apoyo que siempre nos habíamos brindado.

A medida que la cena avanzaba, también compartí lo que había comenzado a sentir hacia la Señorita Eilish. Contarles me liberó, aunque un poco de miedo aún permanecía.

-No sé si es correcto sentir esto, pero hay algo en ella que me atrae -admití, sintiendo un rubor en mis mejillas.

-No te preocupes, eso es normal -dijo Clairo, guiñando un ojo-. Solo asegúrate de mantenerlo profesional en el trabajo. Pero no olvides que los sentimientos son parte de ser humano.

Las palabras de mis amigas resonaron en mi mente mientras la cena llegaba a su fin. Había mucho que explorar en esta nueva vida y, aunque había incertidumbres, sabía que tenía a mis amigas para apoyarme en cada paso del camino.
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Después de una semana de trabajo, la emoción de la ciudad comenzó a transformarse en rutina, así que cuando Danielle y Clairo me invitaron a un fiestón ese fin de semana, no dudé en aceptar. La idea de salir y conocer más gente me animó. Al llegar, la música retumbaba y las luces brillaban, creando un ambiente eléctrico.

-¡Esto es increíble! -grité sobre el ruido mientras nos abríamos paso entre la multitud.

La fiesta estaba en pleno apogeo. Gente bailando, risas y un aire de libertad que hacía que todo se sintiera más vibrante. Clairo me tomó de la mano y me llevó hacia la pista de baile, mientras Danielle se encargaba de conseguir unas copas.

-¡Vamos a mostrarles cómo se baila en Chicago! -exclamó Clairo, riendo.

Nos lanzamos a la pista, moviéndonos al ritmo de la música. Al principio, estaba un poco tensa, pero la energía a mi alrededor me hizo soltarme. Todo iba bien hasta que, mientras giraba, me choqué accidentalmente con alguien.

MI JEFA (BILLIE Y TU) GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora