CAP 13

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POV BILLIE

Estaba en mi cama, tratando de calmarme después de toda la locura de las últimas 24 horas. Me tiré sobre el colchón, el teléfono en mano, intentando distraerme con las redes sociales. La verdad es que no quería pensar en lo que había pasado, en lo que significaba, y mucho menos en cómo había manejado todo. Pero la curiosidad era más fuerte.

Abrí Instagram y empecé a navegar. Vi una historia de Zoe y le di like, sintiéndome un poco más relajada. Al deslizar hacia la izquierda, me encontré con la historia de __. Mi corazón se detuvo por un segundo.

En la pantalla, la vi riendo y bailando, rodeada de chicas. Parecía estar disfrutando de una noche épica, una que, sinceramente, no me esperaba. Me mordí el labio, sintiendo una mezcla de celos y frustración. Ella estaba haciendo lo que yo no había podido, moviéndose adelante, divirtiéndose sin mí.

En una de las historias, la vi besándose con una de las chicas, y mi estómago se revolvió. ¿Por qué me dolía tanto? No tenía ningún derecho a sentirme así. Había sido clara desde el principio, había disfrutado de esa noche, pero sabía que eso no significaba nada para ella. O, al menos, eso era lo que trataba de convencerme.

Cerré Instagram, pero la imagen de __ sonriendo y disfrutando seguía grabada en mi mente. No quería admitirlo, pero sabía que lo que había hecho la noche anterior había tenido un impacto en mí. No podía dejarla ir tan fácilmente.

Me levanté de la cama y caminé hacia la ventana, mirando hacia la oscuridad de la noche. La ciudad brillaba, llena de vida, mientras yo me sentía atrapada en mis propios pensamientos. Tenía que aclarar las cosas con __. No podía seguir así, ignorando lo que sentía y lo que había pasado entre nosotras. Pero, ¿cómo se lo diría? ¿Cómo podía enfrentar la realidad de lo que éramos realmente?

Suspiré y decidí que debía actuar. No quería ser solo un juguete más en su vida. Necesitaba que lo supiera.

POV___

Me desperté con una resaca de mierda, la cabeza me daba vueltas y la boca me sabía a puro alcohol barato. Entre el dolor y el mareo, noté algo interesante: había tres chicas en mi cama. Sonreí al recordar pedazos de lo que pasó anoche. Sus cuerpos entrelazados con el mío, risas entre besos, caricias desesperadas... Eran unas bellezas, y vaya que habíamos disfrutado.

Miré la hora y suspiré. Era momento de ponerle fin a la diversión. A fin de cuentas, lo que pasó se quedó en esa noche, no iba a verlas de nuevo... ¿o sí? Bueno, uno nunca sabe. Si Billie mete mujeres en su oficina, ¿por qué yo no podría hacer lo mismo? No estaría mal tener compañía en horas de trabajo, algo que me distraiga de esa rutina que me tiene tan jodida.

Desperté a cada una con cuidado. Aún dormían profundamente, abrazadas entre sí. Cuando comenzaron a abrir los ojos y a murmurar, les dije que ya era hora de irse. Se levantaron con algo de desgana, recogiendo sus cosas dispersas por la habitación. Les sonreí mientras se despedían, aunque en mi mente ya estaba dando vuelta a la siguiente idea.

Tan pronto se fueron, me puse en marcha. Hice la cama -o al menos algo que se le pareciera- y fui directo a la ducha. Necesitaba agua fría para despejarme, y aunque el agua no se llevó la resaca, sí ayudó a que al menos mi cabeza dejara de retumbar como tambor.

Una vez vestida, a mi estilo de siempre -jeans rasgados, camiseta negra y una chaqueta de cuero- me miré al espejo y sonreí. Parecía que iba de fiesta, no al trabajo, pero qué más daba. Me fui rumbo a Industrias O'Connell, a ese maldito trabajo que, aunque lo disfruto en ciertos momentos, me cansa y me estresa de una forma que no puedo soportar. Por suerte, siempre encuentro la forma de hacer las cosas más interesantes.
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MI JEFA (BILLIE Y TU) GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora