LA "CENA"

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Eran las 7 y pasé a buscar a ___. Cuando ella bajó, joder, me iba a dar algo en el corazón. Estaba vestida con un vestido negro, ajustado y corto, que se ceñía a su cuerpo de una manera que me dejaba babeando por quitarle ese maldito vestido. Su cabello caía suelto, y el accesorio blanco que llevaba solo acentuaba su belleza.

—Billie, controla tus pensamientos —me regañé a mí misma en un murmullo, sintiendo cómo la tensión crecía en mi pecho.

Yo vestía a mi estilo, con ropa holgada y mi gorra habitual, sintiéndome un poco menos elegante en comparación. Pero cuando ella se acercó y me dio un beso en la mejilla, todo lo demás desapareció. Su sonrisa iluminaba todo.

—Ya estoy lista —me dijo mientras se abrochaba el cinturón—. ¿Podemos irnos?

Asentí, saliendo de mi trance y sintiendo una mezcla de emoción y ansiedad. Con un último vistazo a su vestido, encendí el auto y comenzamos a conducir. La carretera se deslizaba bajo nosotros, pero mi mente estaba en cualquier lugar menos en el camino. Era imposible no pensar en lo que vendría después, especialmente con James y su secretaria en la ecuación.

Mientras conducía, me robaba furtivas miradas hacia ___, su mirada fija hacia la ventana, pero con una leve sonrisa en sus labios. Joder, quería saber qué pensaba. No podía evitar preguntarme si ella sentía lo mismo que yo. La tensión entre nosotras era palpable, y cada segundo a su lado se sentía como un momento robado que no quería que terminara.

—¿Te sientes bien? —le pregunté, tratando de sonar casual.

Ella me miró, y por un segundo, sentí que el mundo se detuvo.

—Sí, solo un poco nerviosa —respondió, su voz suave.

—No hay nada de qué preocuparse. Solo es una cena, ¿verdad? —dije, intentando aliviar la tensión.

Pero dentro de mí, sabía que había más en juego.

Así que seguimos conduciendo, y aunque el destino era solo una cena de negocios, para mí, era mucho más que eso. Era una oportunidad para finalmente dejar claras nuestras cartas.

Llegamos a la cena y el señor James nos estaba esperando junto con su secretaria. Era bonita, debo admitirlo, pero eso no era lo que importaba en ese momento. Caminamos hacia su dirección, y ya habían pasado unos minutos. Me senté al lado de Billie, sintiendo la energía entre nosotras. Ellos hablaban de negocios, y yo intentaba concentrarme, apuntando cosas importantes en mi libreta, pero mis pensamientos siempre volvían a ella.

De repente, sentí su mano en mi muslo. Era un toque suave, acariciándome de una manera que me hizo olvidar de todo lo que me rodeaba. Mi piel se erizó, y no pude evitar sonreírle. Billie, con su mirada intensa, me hizo sentir como si estuviéramos solas en la habitación.

Mientras la conversación entre James y Billie continuaba, mi mente vagaba. La tensión en el aire era casi palpable, y no podía dejar de pensar en lo que eso significaba. Billie estaba a mi lado, y había algo más en juego. Pero de repente, la puerta del salón se abrió, y entró otro hombre. No sabía quién era en ese momento, hasta que escuché a Billie llamarlo "padre".

Mierda, era Patrick O'Connell.

En ese instante, mis nervios se dispararon al máximo. El corazón me latía con fuerza en el pecho, y la situación se volvió aún más intensa. Patrick se sentó y comenzó a hablar con James, y aunque estaban discutiendo sobre negocios, yo no podía concentrarme. Solo podía pensar en la realidad de la situación: ¿qué estaba haciendo yo aquí?

Sin poder soportarlo más, pedí permiso para ir al baño. Necesitaba un respiro. Caminé rápidamente hacia el baño, sintiendo que mi respiración estaba al mil por hora. Intenté calmarme, pero cada vez que pensaba en la conexión entre Billie y su padre, un nudo se formaba en mi estómago.

MI JEFA (BILLIE Y TU) GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora