Capitulo 43

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La chica mantenía su mirada fija en los documentos frente a ella, no sabia que era lo que contenía y ni le importaba.

Se veía enferma y se sentía de igual manera, llevaba toda la mañana sintiéndose un poco mal pero había querido ignorarlo, hasta que comenzó a sentirse peor. El dolor de una pequeña jaqueca se había presentado, por lo cual llevó sus manos a su cabeza intentando que así esto disminuyera.

Nate que se encontraba sentado frente a ella, no había notado el estado de la chica. En lugar de esto, estaba muy concentrado comentándole a la chica lo que había logrado encontrar del caso que investigaban.

- Nate ¿podrías dejar de hablar un segundo? - pidió _____.

- ¿Ya estas harta del trabajo? - preguntó él para luego revisar el reloj en su muñeca - todavía es algo temprano para eso.

- Sólo hay que estar en silencio un rato, por favor.

La mirada de Nate cambió al verla nuevamente.

- ¿Estas bien, _____?

- Si sólo me duele un poco la cabeza - murmuró ella.

- ¿Quieres que te traiga algo? - cuestionó con cierta preocupación.

- No, gracias, así está bien. Solo no hablemos - rogó.

- ¿Estas segura? ¿Quieres que le hable a Cinco? o puedo...

- Maldita sea ¡solo cierra la boca! - soltó con molestia, mirándolo de igual manera.

Nate intentó pedirle una disculpa, pero no pudo siquiera separar los labios. Un gesto de confusión se formó de inmediato en su rostro al sentir como algo le impedía hablar.

Toda la molestia que ella sentía se esfumó de inmediato al notar aquello, el desconcierto la invadió, bajó la mirada a sus manos unos segundos, las cuales inconscientemente estaban abiertas en dirección al chico.

Bajó sus manos y miró una vez mas a Nate quien se veía ciertamente asustado.

- Nate... - murmuró - ¿puedes hablar?

Entonces sintió como esa fuerza inexplicable que no lo dejaba abrir la boca desapareció.

- E... eso - tartamudeó - eso creo.

El chico aún desconcertado, observó todo a su alrededor.

- ¿Que demonios fue eso? sentí como si algo me estuviera reteniendo... ¿pero que...? - llevó las manos a su cabeza - ¿me estoy volviendo loco? pero tu lo viste ¿no?

_____ estaba por contestar cuando la puerta fue abierta por Cinco, el cual, tenía la misma apariencia de enfermo que la chica.

- Vamos, cariño - habló él - nos tomaremos el día.

- No te ves muy bien, Cinco - mencionó Nate - nada bien.

- Si, ya lo sé, Nate - soltó con un poco de molestia - por eso nos tomaremos el día.

La chica no tardó un minuto más en ponerse de pie y comenzó a tomar sus cosas, su novio tenía razón, era mejor que ambos se fueran.

- ¿Que? pero nosotros tenemos trabajo - se apresuró a decir Nate.

- ¿Eres imbécil? - cuestionó Cinco - ¿que acaso no la has visto? esta enferma, idiota.

La chica cerró los ojos al sentir la jaqueca regresar.

- Déjalo así, Cinco - murmuró ella y lo miró - sólo vámonos.

- Pero ¿y el trabajo? No puedo hacerlo sin ti, _____ - aseguró Nate - te necesito.

𝐓𝐄 𝐀𝐌𝐎 𝐌𝐀́𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐋 𝐂𝐀𝐅𝐄́  |  FIVE HARGREEVES Y TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora