Amor a tres bandas

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Rarity caminaba por los laberínticos pasillos de la escuela con su teléfono en mano, había enviado un mensaje a Twilight para encontrarse, pero ésta no contestaba. Sin embargo, el sonido familiar de la voz de su amiga resonó a lo lejos, guiándola como un GPS humano.

- ¿Twilight?- Preguntó.

- ¿Qué quieres que haga?- Replicó Twilight con evidente molestia. - ¡Mira a Rarity! La pobre confió ciegamente en Fluttershy y terminó como el libro menos favorito de una trilogía!

Rarity se congeló detrás de una pared, su corazón latiendo como si estuviera en la escena de una telenovela. ¿Qué hacía su nombre en aquella conversación?

- Eso no te da derecho a desconfiar de Sunset como si fuera parte de todo el mundo! - Respondió la otra voz, era Pinkie.

- ¿No te das cuenta, Pinkie? - Vociferó Twilight, estampando su puño contra la pared con tanta fuerza que el eco resonó por todo el pasillo.- ¡Estamos como tontas persiguiendo a alguien que nos trata a ambas por separado como si fueramos su única exclusiva!

El silencio que siguió fue casi tan tangible que Rarity podría haber tejido un vestido con él. Con un susurro de preocupación, se asomó para espiar la escena.

- ¿No es eso lo mismo que tú haces conmigo y con Sunset, Twilight?. - Soltó finalmente la fiestera, acercándose peligrosamente hacia la otra.- O no es lo mismo que yo hago con ustedes dos?

- D- Definitivamente, Twilight no necesita mi compañía.- Murmuró una muy sorprendida y enrojecida modista, dándose la vuelta como víctima de incendio buscando una salida de emergencia.

- ¡Hola, Rarity!- Gritó Sunset a lo lejos, lo suficientemente alto como para que ambas chicas notaran su presencia - ¿Qué haces ahí escondida?- Comentó acercándose amable. - Pareces un ratón dentro de una casa de gatos.

- ¿Rarity? - Preguntó Twilight, horrorizada, como si hubiera visto a un fantasma, percatandose de que la modista había presenciado su embarazosa situación.

- Oh, ¡hola, Rarity!- Saludó Pinkie con energía, como si estuviera en una fiesta de cumpleaños, ignorando completamente la tensión.

"¿Desde cuándo no solo eres risas y disociación?" Pensó la modista para si misma.

Sunset se acercó expresando una mezcla entre confusión y diversión, como si estuviera tratando de descifrar un rompecabezas sin una imagen. Hasta que finalmente se percató de las otras dos, disparando la tensión a niveles extraordinarios, desmoronando su sonrrisa más rápido que un castillo de cartas.

Rarity suspiró con resignación, sintiendo que era la espectadora de una comedia romántica donde todo saldría mal.

- Me pregunto cuál será mi marca de sal.- Murmuró.

Un silencio incómodo inundó la habitación.

- Definitivamente necesitaré un spa y un buen trato de manicura cuando salgamos de aquí.- Soltó, solo marchandose, dejando allí a las demás. Al fin y al cabo, alguien tenía que arreglar los daños colaterales de su vida dramática. - Suerte campeona!.- Le gritó a Sunset antes de finalmente desaparecer.

* Mientras tanto en la dirección.*

Luna y Celestia se encontraban pensando, intentando idear una solución antes de invocarlas a todas a una reunión, cuando de un chasquido apareció Discord espantandolas, sosteniendo una tableta, una bolsa de palomitas y estallando en carcajadas.

- Ésto es muy bueno!- Soltó entre risas.

- Discord!- Reclamó Celestia molesta, seguido de percatarse de que lo que veía en la tableta, eran las cámaras de vigilancia de la escuela. - Como!- Fue interrumpida.

- El drama de éstas muchachas, ME FA-CI-NA! Los mortales son tan graciosos!-

Celestia y Luna se miraron con disgusto.

- Y apareciste solo para decirnos eso.- Contestó la hermana menor, de mal humor.

- Es que míralas! Son siete amigas y ninguna resultó heterosexual! Me siento como el personaje inclusivo aquí!- Soltó carismático. Cambiando repentinamente su tono a uno modesto. -  Y no, Luna. Alguien tan importante como yo, no aparece solo porque sí.- Culminó echando hacia atrás su cabellera.- Verán...

*Por otro lado, en casa de Adagio.*

- Está claro que Fluttershy está fuera del juego.- Soltó Adagio, sirviendo té en dos tazas. - Es demasiado estúpida como para actuar precavidamente.

- La noté muy arrepentida, si dice que fui yo a quien enviaste a Ponyville con los cambiantes, definitivamente perderé mi oportunidad de acercarme a Applejack.

- Y es por eso querido amigo, que volveremos a colaborar.

- Debemos silenciarla.

Día a día ツ 2° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora