Capítulo nueve: Cazador y presa.

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Ethan.

Aquel beso me había hecho creer que, al menos por un instante, éramos uno. Pero la distancia que siguió me dejó claro lo equivocado que estaba.

Los días se deslizan como sombras, uno tras otro, mientras nuestro grupo avanza a través de la Cordillera Escabrosa, ya no podemos montar los taurus, el suelo es demasiado inestable, así que sólo tiramos de las riendas de estos para que caminen a nuestro lado, ellos sin mostrar adversidad alguna ante el clima a diferencia de nosotros.

A pesar de la majestuosidad de estas montañas, una pesada sombra de incertidumbre me envuelve, como un manto que ahoga mi esperanza. Desde aquel instante compartido con Gehena, cuando nuestras almas se encontraron en un beso sincero, su indiferencia se siente como un abismo que se abre entre nosotros. Cada paso que doy me recuerda su lejanía y me hace cuestionar si alguna vez fui más que un peón en su juego de amar y ser amado. ¿Es posible que lo que sentí haya sido solo un espejismo?

¿Nuestro destino? Stonehaven, una aldea situada en lo alto de la cordillera, donde podríamos descansar en alguna posada antes de bajar por la montaña al otro lado y seguir nuestro camino a La Ciudad de los Mil Pilares. Pero a medida que nos acercamos, el peso de la desilusión me aplasta, como la niebla que nos envuelve. Esta niebla se enreda en las montañas, creando un velo que distorsiona la realidad y da un aspecto sombrío al paisaje. Las rocas afiladas y la tierra húmeda y resbaladiza hacen que cada paso sea un desafío. El viento aúlla a nuestro alrededor, susurrando secretos olvidados y advertencias que parecen venir de las entrañas mismas de la montaña. Hay un murmullo constante, como si las rocas hablaran de los peligros que acechan en cada rincón, silbando entre ellas, llevando consigo los lamentos de aquellos que se atrevieron a desafiar la montaña.

A medida que ascendemos, el aire se vuelve más frío, y el aliento se transforma en vapor en cada exhalación, como si nuestras almas mismas lucharan por escapar de la cruda realidad. Los árboles son escasos, y los pocos que se aferran al suelo son de troncos retorcidos y ramas desnudas, como si también ellos intentaran resistir la brutalidad de la montaña. Las sombras de estos árboles desolados parecen moverse en la niebla, aumentando mi sensación de desasosiego.

La altura de la Cordillera Escabrosa me aplasta con un frío que se siente como un manto de plomo sobre mis hombros. Mientras miro a Gehena, que avanza a pasos ligeros frente a mí, la distancia entre nosotros se siente como un abismo. Su cabello se agita suavemente con el viento, y cada paso que da parece desafiar la gravedad de la situación. Pero a pesar de la belleza etérea de su figura, su indiferencia me duele como una herida abierta. Esa sonrisa suya, que a veces brilla como un faro de esperanza, y otras, se asemeja a una trampa mortal, me hace dudar de mi propio valor. Me pregunto si soy una pieza desechable en un tablero de traiciones.

A cada paso que doy, su imagen me persigue, y cuando sus ojos se cruzan con los míos, siento un destello de conexión, seguido inmediatamente por el frío aislamiento de su indiferencia. Cada vez que me hace sentir desechable, parece notarlo y aviva el fuego de este amor intenso que crece entre nosotros, iluminando la oscuridad que me rodea. No puedo evitar sentirme atrapado entre la necesidad de su compañía y el temor de perderme en la confusión de sus emociones.

Mientras mis pensamientos divagan en Gehena, Roderick lanza una mirada despectiva hacia mí, sus labios curvándose en una mueca. Su desprecio es como un puñetazo en el estómago, un recordatorio brutal de lo poco que valgo a los ojos de algunos.

—No eres más que un niño perdido en un mundo que no entiendes —murmura, apenas audible sobre el viento. Sus palabras son como un hielo que se asienta en mi pecho, y aunque intente ignorarlo, se clavan en mí, como una sombra que no se desvanece. El eco de su desprecio reverbera en mi mente, recordándome que aún soy un extraño en este mundo.

El Despertar Obscuro: El Ascenso.Where stories live. Discover now