Flufftober 2024. Saint Seiya Ships

4. Curar heridas

Ship: Harbinger x Seiya

Universo de Saint Seiya.// Headcanon.// Drabble.

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

— ¿Me puedes volver a explicar cómo demonios pasó esto?

La voz del joven patriarca, cuestionando el estado del legendario santo de Sagitario, resonó en la alcoba, mientras tomaba un pañuelo húmedo en sus manos.

— Sabes que las misiones no perdonan.- Respondió con una ligera risa el castaño con el torso descubierto.- Estaré como nuevo en un par de días.

Harbinger rechinó los dientes, antes de estampar el pañuelo contra la herida aún fresca sin delicadeza alguna, haciendo chillar bajo al mayor.

— Y dices que el desobligado soy yo...

— En primer lugar, no hace falta tanta brusquedad.- Replicó Seiya.- En segunda, he soportado cosas mucho peores, estos rasguños no son nada.

— Ese grito de niñita no dijo lo mismo.- Sonrió con burla el menor, mientras continuaba con las curaciones.

— Muy gracioso...

Ambos intercambiaron una sonrisa, así como un pequeño y corto beso, antes de que Harbinger retomara su trabajo.

— Esto requerirá sutura sí o sí.

— ¿Es eso o solo quieres hacerme sufrir?- Bromeó Seiya.- Bueno, otra raya más al tigre.

— Ahora veo porqué tus amigos siempre te dicen burro.

— Si yo soy un burro, ¿entonces tú qué eres?

— El hombre más fuerte y apuesto de este lugar.

— Yo estaba pensando más en un gato arisco que logré domesticar después de muchos arañazos.

De nuevo, una pequeña risa invadió la habitación, y el antiguo portador de Tauro continuó con las curaciones necesarias en la espalda y abdomen de su camarada y amante.

La mayoría eran solo heridas leves, una limpieza cuidadosa y un vendaje simple, y sanarían por su cuenta en un par de días. Pero un par eran más profundas y, tal como anticipó el Patriarca, fueron requeridas puntadas.

Una cortada en la espalda y una en el abdomen, cerca de las costillas.

— Por suerte no tocaron ningún órgano vital.- Señaló después de terminar las suturas.- Dos centímetros más abajo o arriba, y a esta hora ya estaría dirigiendo tu funeral.

— Ya te dije que no soy tan fácil de matar.

— Ya sé que además de burro, pareces cucaracha, pero no tienes a la suerte.- Bromeó el menor.- En fin... Ya terminé. Para la próxima ten más cuidado, viejito.

Una vez cubiertas las heridas con un vendaje resistente, Harbinger se dejó caer en los suaves cojines. Era agotador pasar tanto tiempo encorvado para lograr curar todas esas heridas.

Seiya dejó escapar una pequeña risa, para después tomar un lugar sobre el pecho de Harbinger.

— Al menos ahora puedo tener unos días libres para descansar, aquí, contigo...

— Ni lo pienses.- Renegó el menor, removiendose, buscando refugio entre las almohadas.- Prueba mejor suerte mañana, hoy ya estoy cansado.

— ¿Y el viejito soy yo?- Canturreó con burla el castaño.- Parece que tengo más energía que tú.

— Un sátiro viejo es lo que eres.

— Y aún así, siempre caes en mis juegos~

— Última advertencia, o te duermes y descansas para que cierren esas heridas, o te saco a patadas.

Seiya solo negó con una pequeña risa, dejó un beso en los labios ajenos, y buscó un lugar en los brazos de Harbinger.

El jóven solo sonrió, cobijandolo contra su pecho, arrullandose con el sonido de los latidos de su corazón, muy cerca del suyo.