3. Cumpleaños

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Ship: Mu x Shaka

Universo de Saint Seiya.// Semi-AU.// Post guerra santa.// Post SoG.// Final Alternativo.

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Tras miles de calamidades, desde ser traicionados por quién creían un aliado, hasta morir por su diosa, y volver a la vida como retribución por haber ayudado a liberar el pueblo de Asgard, finalmente podían vivir una vida tranquila.

Ocho años habían pasado desde que pudiesen volver de entre los muertos, con ayuda de los Æsir* de Asgard.

Cada uno había tomado un camino diferente: algunos permanecían en el Santuario para entrenar a las generaciones jóvenes y proteger a su diosa, otros solo se quedaron el tiempo suficiente para heredar sus puestos y armaduras, otros decidieron tomarse un tiempo lejos pero prometiendo volver de inmediato si su presencia era requerida, y otros más simplemente se se retiraron completamente del campo de batalla. Cómo había sido su caso.

— ¿Mu?

— Hola, Shaka.- Sonrió al ver a su viejo amigo.- ¿Llego en mal momento?

— Por supuesto que no.- Respondió el rubio.- Pero, ¿qué haces aquí? Creí que seguías viviendo en Jamir.

— Así es.- Asintió, llegando hasta el frente del monje.- Pero hace mucho que no veo a la mayoría de ustedes. Aún no tengo las fuerzas necesarias para volver al Santuario, pero pensé que podría ser buena idea empezar con quienes están fuera.- Añadió.- Además, hoy es tu cumpleaños.

Shaka mostró una suave sonrisa, manteniendo aún sus ojos cerrados, para comenzar a guiarlo en el interior de ese enorme templo, hasta una pequeña sala.

Mu lo siguió en silencio, llevando un pequeño pastel en sus manos, observando con cierta fascinación todo el interior del templo donde Shaka había estado viviendo los últimos ocho años.

— ¿Cómo te ha tratado la vida, Mu?- Preguntó el ex-santo de Virgo con tranquilidad.- Hace años que no sé nada de tí. De varios en realidad, a excepción de un par que han llegado hasta mi puerta en alguna ocasión.

— Me ha ido bastante bien en realidad.- Respondió con una calmada sonrisa.- Kiki hace un gran trabajo como el nuevo Santo de Aries, y Narfi* desde hace un año se fue a Atenas para estudiar con ayuda de la señorita Saori.

— Es sorprendente lo rápido que pasa el tiempo, ¿no?- Suspiró Shaka con una sonrisa.- Hoy cumplo treinta años, y los siento como un suspiro.

— Ni que lo digas.- Asintió el ex-protector de Aries.- Parece que apenas ayer nos encontrábamos en las salas del Helheim*, cuando Hermod* llegó por órdenes de Odin para negociar nuestro retorno con la diosa Hela.

— Vaya que Odin fue astuto para asegurarse de mantenernos a salvo de las garras de Hades sin importar lo que sucediera.- Rió ligeramente el blondo, jugando un poco con la taza de té en sus manos.- Al volver a caer muertos en las tierras heladas de Asgard, nuestras almas pasaron a quedar bajo la jurisdicción de Hela.

— Los Æsir fueron muy benevolentes al aceptar la condición para que pudiéramos volver.- Murmuró Mu con nostalgia.- Otros dioses, además de Athena, derramando sus lágrimas por unos mortales para permitirles volver a la vida...

— Aunque eso no impidió que alguien decidiera quedarse en Helheim.

— Admito que nunca entendí a Death Mask, y no me agradaba mucho, pero es difícil asimilar la idea de que no regresara con el resto de nosotros.- Suspiró el ariano.- Al menos sabemos que está feliz al lado de esa chica y esos niños que conoció en Asgard, bajo el cuidado de la diosa Hela.

— Muchas cosas han cambiado desde ese entonces, Mu.- Comentó el blondo, atreviéndose a tomar un pequeño trozo del pastel y probarlo.- Asumiste un papel de mentor, y prácticamente un padre desde muy joven. ¿Qué planeas hacer ahora que tienes el nido vacío?

Mu negó con una pequeña sonrisa, observando con cierta diversión las acciones de Shaka.

Apenas unos años atrás, no podría ni siquiera imaginar al gran Shaka de Virgo dejar de lado su meditación para comer algo de pastel y conversar de temas triviales, mucho menos portando una expresión tan relajada en su rostro.

Vaya que el paso del tiempo cambiaba a todos.

— Sinceramente, no lo tengo muy claro.- Admitió.- Tuve que huir del Santuario y aprender a valerme completamente por mi cuenta desde los siete años, hacerme cargo de un bebé desde los once, y regresar al lugar que me vió formarme como guerrero a los veinte... Y morir y volver a la vida a los veintidós.

— ¿Fue difícil guiar a dos adolescentes?

— No negaré que hubo momentos complicados.- Rió el tibetano.- Pero al final, ambos encontraron su camino y ahora están persiguiendo sus destinos... Los que tuvieron la fortuna de elegir.

Shaka mantuvo su tranquila sonrisa, comiendo otro bocado de pastel, y terminando de beber su té.

Mu solo sonrió, imitando el accionar de su ex-colega de armas.

— Lo único importante es que lo hiciste bien.- Mencionó Shaka.- Supongo que el destino tenía preparado algo para todos después de tanto sufrimiento.

— Parece que a tí estos años te han cambiado mucho.- Comentó Mu.- Hace años, el Shaka arrogante que conocía, no habría dejado de lado su meditación así el cielo se cayera a pedazos, mucho menos disfrutaría un pastel como un niño.

Shaka dejó escapar una pequeña risa, comprendiendo las palabras de su amigo. No podía culparlo, igualmente, no era el primero que señalaba su cambio.

— Comparada con la inmortalidad de un dios, la vida de un hombre es apenas un suspiro, dónde sufre, goza, odia, ríe, llora, y ama.- Pronunció aquellas palabras.- La vida es bastante corta y frágil para desperdiciarla en banalidades como el ego.

— Parece que has aprendido mucho estos años.

— Simplemente comprendí que para vivir en paz mental, lo ideal es hablar lo justo, pensar lo justo, sentir lo justo, y aprender a controlar el ego.- Se encogió de hombros el indio.- Aunque admito que es algo vergonzoso literalmente haber tenido que morir y regresar para lograrlo.

— Creo que ninguno de nosotros puede juzgar eso.- Rió Mu.- Felíz cumpleaños, Shaka. Que sigas cumpleaños muchos años más, preferiblemente sin morir y regresar.

Ambos compartieron una pequeña risa, dispuestos a degustar el resto del pastel, y pasar el resto de la tarde compartiendo anécdotas. Rememorando el pasado, y poniéndose al tanto de la vida del otro.

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Narfi*: Era el nombre de uno de los hijos de Loki en la mitología nórdica. Pero aquí específicamente, lo uso para referirme al niño que Mu cuidó en SoG, después de que sus padres fueran capturados por Andreas. Este personaje no cuenta con un nombre oficial, y en todos los créditos se refieren a él simplemente como "niño", así que, por fines prácticos, decidí darle este nombre.

Æsir*: Forma de llamarle a los dioses nórdicos.

Helheim*: Mundo de los muertos en la mitología nórdica, dónde llegaban todas las almas que no morían en medio de una batalla. Gobernado por la diosa Hela.

Hermod*: Es un dios nórdico, hijo de Odin y Frigg. En el mito de Balder, fue el dios enviado por los Æsir al Helheim para negociar con Hela su resurrección.
En el mito, la diosa aceptó regresar el alma de Balder si todos los seres vivos y no vivos sobre la faz de la Tierra lloraban su muerte.

Flufftober 2024. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora