28. Anillos de promesa

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Ship: Manigoldo x Regulus

Universo de The Lost Canvas.// Cambio en las edades.// Omegaverse.// Headcanon.// Drabble.

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Nunca en su vida imaginó llegar a hacer algo como eso, mucho menos lo nervioso que estaría.

En su mente intentaba darse ánimos, repetirse que no era nada extraordinario ni que requiriera de una habilidad o fuerza extraordinaria. Incluso ya lo había hablado con Regulus... Pero entonces ¿por qué no dejaba de sudar frío?, ¿por qué el ligero temblor en sus manos y piernas no se iba?...

Bueno, ya estaba ahí. Era ahora o nunca.

— Mani, ¿qué haces aquí?

— Hola, piccola stella.- Respondió con una pequeña sonrisa.- Solo... Venía a darte algo.

— Oh, qué lindo de tu parte.- Sonrió el Omega.- Pero no es mi cumpleaños, aún falta mucho.

— No es por eso.- Negó con una pequeña risa.- Es... Por otra cosa.

Regulus lo miró, visiblemente confundido, preguntando con la mirada qué quería decir.

— Bueno, ya que decidiste entregar un cachorro a Athena, y yo accedí a ayudarte...- Inició, con un tenue rubor en las mejillas, aclarandose la garganta.- Me corresponde darte esto.

Una vez dada esa explicación, de su bolsillo extrajo un pequeño anillo plateado, con una pequeña piedra incrustada.

Regulus estaba totalmente sorprendido. Conocía a Manigoldo, pero jamás esperó ser sorprendido con un detalle como ese.

— Mani... Eso es...

— Sí...- Confirmó con los nervios comiéndoselo vivo.- Un anillo de promesa.

— Pero...

— Sí, sé lo que significa.- Interrumpió, dejando de lado sus nervios para sujetar las manos del castaño.- Si te doy uno, me estoy comprometiendo a ayudarte en el cuidado y crianza del cachorro que nazca y asumir un rol de padre con él o ella hasta que pueda valerse por su cuenta. Y también me comprometo a protegerte durante el embarazo, enfermedades y heridas, y a serte fiel hasta que alguno de los dos muera.

Sabía que la entrega de esos anillos no era común. Aunque era normal llegar a acuerdos para engendrar al cachorro prometido a Athena, el trato quedaba ahí.

Los Alphas, Deltas y Betas no estaban obligados de ninguna manera a quedarse al lado del Omega o Gamma, ni ayudarle en el embarazo y la crianza del cachorro. Su obligación terminaba en cuanto se confirmaba el embarazo, y a partir de ahí pasaba a ser responsabilidad del Omega testigo auxiliar al gestante durante el embarazo y el parto.

Los matrimonios estaban rotundamente prohibidos en el Santuario, todo su amor y devoción debían ser única y exclusivamente para su diosa. Sin embargo, existían los anillos de promesa.

Si un Alpha, Delta o Alpha entregaba uno al Omega o Gamma que hubiese pedido si ayuda para engendrar un cachorro, se comprometía no solo ayudarlo a lograr el embarazo, sino también a cuidarlo y acompañarlo durante todo el proceso, así como en la crianza y entrenamiento del cachorro. Además de fidelidad absoluta en la relación, hasta que alguno de los dos muriera. Una vez aceptado el anillo, no había forma de anular lo pactado.

Era un compromiso demasiado grande y que muy pocos aceptaban. La idea de pasar toda la vida únicamente con una persona, sabiendo que podrían morir en cualquier momento, era aterradora e inconcebible para muchos. Aún más aceptar algo como criar a un cachorro teniendo ya demasiadas responsabilidades encima.

Por eso, la entrega de un anillo de promesa era solo un sueño, una fantasía que jamás verían materializada para la mayoría de Omegas y Gammas.

— Mani...

— ¿Aceptas?

— ¡Por supuesto que sí!- Respondió finalmente con una sonrisa, saltando a los brazos de su amado Alpha.

Era cierto que el riesgo de morir siempre estaba presente. Pero si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.

Flufftober 2024. Saint Seiya Ships Donde viven las historias. Descúbrelo ahora