Parte 24

12 1 0
                                    

Ambos chicos se quedaron en el suelo mirando el cielo por varios minutos

— Deberíamos bañarnos... Pero siento que el cuerpo me pesa—Percy se acomodó mejor entrelazando sus dedos con los de Nico

— No me siento listo para mover un solo dedo... Creo que lo mejor será dormir...— Percy asintió estando completamente de acuerdo— pero no muy profundo porque si algo nos ataca... Bueno estamos en territorio mexicano, aquí no solo los monstruos griegos nos pueden atacar—Percy abrió los ojos de golpe y miró a Nico

— ¿Cómo?

— Percy conoces semidioses nordicos y magos egipcios ¿crees que los dioses prehispánicos no existen?

— Yo... Nunca lo había pensado— Nico se rio un poco antes de cerrar los ojos y dormir

— Espera Nico no puedes... No simplemente me digas eso y te duermas maldición—suspiró y se acomodó a su lado cerrando los ojos intentando dormir

Nico miró alrededor sin saber dónde estaba, se encontraba rodeado de chatarra y desierto

Escuchó un estruendo, como si un millar de pedazos de metal se estrellaran unos con otros, su corazón comenzó a latir con rapidez

Se volvió y vio como la chatarra comenzaba a tomar forma mientras que poco a poco se alzaba un gigante hecho de metal

"Mierda" pensó, sabía donde estaba y los dioses sabían que él no necesitaba la imagen de su hermana muriendo en sus pesadillas

— ¡Talos! —dio un respingo al escuchar la voz de Zoe y comenzó a rogar por despertar

— ¿Quién es Talos? —Nico quizo poder golpear a Percy por su poca noción de las historias

— Una de las creaciones de Hefesto— dijo Thalia— Pero éste no puede ser el original. Es demasiado pequeño. Un prototipo quizá. Un modelo defectuoso.

Al gigante pareció no gustarle mucho la palabra defectuoso, se llevó la mano a la cadera sacando la espada más grande que hubiera visto, tenía treinta metros de largo creando el chirrido más doloroso para sus oídos.

— Alguien se ha llevado algo –dijo Zoë-. ¿Quién ha sido?

Miró a Percy de manera acusadora, Nico podía sentir el prejucio saliendo de la cazadora

— Seré muchas cosas, pero no soy un ladrón.—Nico estaba seguro de que el chico no había sido, no solo porque estaba en la cabeza de Percy, si no porque conocía al chico

Su hermana por otra parte, dioses ¡conocía a Bianca! Esa expresión en su rostro era de culpabilidad por completo, pero conocía a su hermana ¿qué se habría llevado?

— ¡Corred! —Grover lo sacó de sus pensamientos

Aquel consejo sería bueno ¡si no estuvieran co tra un enorme robot de metal! Aquella cosa los adelantaría aún si estuvieran arriba de Blackjack

Todos se dispersaron, Thalia sacó aquel aterrador escudo corriendo por la autopista mientras el pequeño Talos arrancaba los cables con su enorme espada, estos calleron al suelo impidiendole el paso.

Zoe tiraba flechas hacia el rostro del robot, pero aquello no estaba funcionando para... Nada.

Percy y su hermana terminaron tras un auto desvencijado

— Te has quedado algo— al parecer su hermana era tan transparente para Percy como para él— Ese arco.

-¡No! –no sabía de que arco hablaba ¿había tomado un maldito arco? No podía ser posible.

Percico de LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora