5. Feria.

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Hi~ Seguimos a tiempo con el evento porque gracias a Dios subí un capítulo un día antes de que empezará, pero ayer me morí bien morida así que ni cuenta me di de que no había alcanzado a subir nada, pero acá estamos de nuevo, como les dije, este capítulo se enfoca harto en Yue y en Eiji, tendremos algunas respuestas y otras preguntas abiertas, pero espero que les guste.

¡Mil gracias por leer!

Yut-Lung sumerge un pincel de cerda fina en un pocillo de pintura, el brillante escarlata escurre desde la base hasta la punta cayendo cómo lágrimas de sangre en el ornamento de greda, alza el pincel con una mano mientras con la otra lo sostiene d...

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Yut-Lung sumerge un pincel de cerda fina en un pocillo de pintura, el brillante escarlata escurre desde la base hasta la punta cayendo cómo lágrimas de sangre en el ornamento de greda, alza el pincel con una mano mientras con la otra lo sostiene del mentón, le pide que se quede quieto como si se tratara de una estatua, Eiji lo hace, cierra los párpados y permite que le maquille los ojos a su gusto, el delineado se siente igual que un tajo de cuchillo, las hebras se entremezclan a sus pestañas, el dibujo debe ser perfecto puesto que es la única parte que llamará la atención además de la máscara. Está familiarizado con las formalidades de esas "ferias", Dino las llamó así puesto que le divierte verlos actuar de animales de circo.

—Ya casi termino, no te tenses. —Le pide acomodándole una máscara de dragón, es azul, tiene bordes plateados que combinan a la perfección con la que usa Yut-Lung en colores cálidos, se supone que deben ir a juego para proclamar que representan al mismo clan—. Listo.

—Si me llegan a descubrir nos matarán.

—No nos descubrirán.

—El antifaz solo nos cubre la mitad de la cara, la boca queda a la vista, nos hace reconocibles.

—Bla, bla, bla. Te vas a arrugar si te preocupas tanto.

—¿Puedes tomarte esto en serio? —Gimotea—. Ash ni siquiera sabe que estoy aquí y ha estado trabajando muy duro para cuidar a la mafia, no puedo permitirme perjudicarlo. —Ni a ti.

—Sí, sí. —El más joven se aparta, su vestimenta tradicional desprende lujo, sus grabados ahora son delicados y casi florales, combinan a la perfección con su antifaz—. Pase lo que pase tengo la certeza de que no nos descubrirán. —Los patrones son para dar una ilusión de ingenuidad y fragilidad. Vaya incautos. No tienen idea de que se enfrentan a un dragón—. Lo prometo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Sé lo que pasa ahí dentro.

—Míranos, parecemos hermanos. —Y aunque el comentario le resulta sumamente racista tras mirarse en el tocador debe admitir que tiene razón—. Eres como mi versión más fea, Drizella.

—¿Gracias?

—Deberías tomártelo como un halago. —Chista con petulancia, su cabello largo se encuentra amarrado en una coleta, mientras que él intentó cepillárselo hacia atrás en vano—. Sabrán que soy yo porque estoy vestido para representar al clan de los Lee, pero a ti te verán como uno más de mis sirvientes, no llamarás la atención, si te quitas el collar, claro.

Moulin rouge.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora