14. Viaje juntos.

243 48 386
                                    

Hi~ como les comenté, este capítulo tiene momentos muy dulces para procesar las cositas e irles digiriendo, sobretodo cuando se trata de los sentimientos de estos dos y para ya ir concretizando qué son. Pero el final del capítulo sí marca un norte de a dónde termina la trama, así que ponganle ojito no más.

Gracias por tanto, espero que les guste.

—¡Auch! ¡No seas tan bruto! —Sin embargo, Eiji impresiona sin ganas de escuchar sus quejidos y se limita a desinfectar sus heridas remojando el algodón y envolviéndolo con las vendas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Auch! ¡No seas tan bruto! —Sin embargo, Eiji impresiona sin ganas de escuchar sus quejidos y se limita a desinfectar sus heridas remojando el algodón y envolviéndolo con las vendas.

—Quédate quieto y déjame ser un buen enfermero.

—¡Un buen enfermero no golpea a sus pacientes!

—¡Pues un buen paciente se porta bien y no hay que golpearlo!

—Estás enojado. —Y Ash sabe que es redundante ratificar, ha aprendido a leer con una extrema precisión el idioma que este terco habita, no obstante, a veces se sigue sintiendo perdido como si caminara a ciegas con las luces apagadas—. ¿No es así, onii-chan? —Así que se tropieza.

—Lo estoy. —Pero está bien, todos tropiezan en la oscuridad—. Te dije que volvería con ayuda.

—Y volviste con ayuda. —Con sus subordinados y Chinatown para ser más precisos—. Por eso, tu molestia conmigo no está justificada, te hice caso. —Pero ese no es el tema.

—¿Acaso era tan difícil confiar en mí? —Eiji deja las vendas sobre la mesita, están sentados en la cama con él acostado puesto que lo toca como si estuviera convaleciente, debería ofenderle que lo trate como si fuera débil, más verlo tan preocupado le parte el corazón y hace que quiera golpear al idiota que provocó esa expresión (aún si es él mismo)—. No me esperaste.

—¡Te esperé! Resistí hasta que llegaste con los refuerzos.

—¡Sí! Y te encontré apenas reconocible por la paliza que te habían dado.

—Debiste ver cómo quedaron los otros. —Trata de hacerlo reír, es en vano—. No te enfades, no es que no confíe en ti, pero debía ganar tiempo contra los hombres de Arthur y Golzine.

—¿Y debías provocarlos para iniciar otra pelea? Te arriesgaste innecesariamente.

—¿Cómo sabes que yo los provoqué?

—Skip me dijo. —Ese niño—. No sabes lo culpable que me siento por no haberte ayudado más.

Le da risa que piense de esa forma, puesto que Eiji nunca entenderá cuánto significa realmente para él. Lo salvó. Esa fue la primera vez que alguien lo ayudó sin pedirle nada a cambio, los que lo alimentaban o le daban un lugar para dormir siempre querían algo a cambio como sexo. Solo tiene una pistola y aprendió a disparar porque era la única manera de sobrevivir, solía envidiarlo por no haber necesitado una la mayor parte de su vida. Envidiarlo y admirarlo en partes iguales.

Moulin rouge.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora