9. Flores.

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Hi~ Luego de un día de desarrollo de personaje demasiado innecesario y extra por fin puedo subir el capítulo que nos antecede a la catástrofe, lo unico que puedo advertirles en relación a Ibe es que él está fuera de todo esto, para él Ash se ve como el heredero de la mafia de Golzine, no como el Ash de Eiji, así que acuérdense no más.

¡Mil gracias por leer!

Eiji baja la cabeza, el collar le pica contra el cuello, está seguro de que a estas alturas se le tuvo que haber infectado el sarpullido, más ¿tiene sentido preocuparse? No se lo sacará, sus manos se tensan alrededor de la taza de té, es matcha, I...

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Eiji baja la cabeza, el collar le pica contra el cuello, está seguro de que a estas alturas se le tuvo que haber infectado el sarpullido, más ¿tiene sentido preocuparse? No se lo sacará, sus manos se tensan alrededor de la taza de té, es matcha, Ibe solía quejarse de que su madre era la única que sabía prepararlo cómo correspondía sin quemar las hojas ni endulzarlo demasiado, es raro sentarse a beber con un amigo cómo si el tiempo no hubiera pasado. Pero. Pero. Pero. Eiji se ve a través de la espuma moteada y no se reconoce, le da vergüenza topárselo luego de sobrevivir semejantes transgresiones ¿y si se entera de que no luchó y se quedó quieto?, ¿y si es tan obvia la suciedad impregnada a su piel que le da asco?, ¿y si concluye que perdió todo derecho a ser un humano?

Es que así se siente, como si lo hubieran despojado de su valor pero era más llevadero con Ash.

Porque con Ash no debía pensarlo.

—Estás vivo. —Ibe es el primero en romper el silencio, todavía lo mira como si estuviera en una sesión espiritista y lo contactara del más allá a pesar de estar en una cafetería—. Tu madre...

—¿Ella está bien?

—Dentro de lo que se puede. —Ibe se golpea las mejillas, intentando espabilarse y mantenerse entre las risueñas risas de los comensales y el agradable clima primaveral—. Ella sabía que yo estaba en América por cuestiones laborales, apenas te llevaron me llamó, me rogó para que le diera el aviso a la policía sobre tu secuestro y la ayudara a buscarte para volver a casa.

—No te correspondía esa carga. —Lo lamento.

—Y por supuesto di aviso pero Charlie me explicó que la policía no puede irrumpir en los planes de la mafia. —Ríe—. No tienes idea del espectáculo que armé, incluso pasé una noche vigilado en prisión porque me indigné y no pude contenerme así que arremetí contra todos, me conoces y sabes que no soy violento pero simplemente no pude tolerar una respuesta tan mediocre, ¿el sueño americano? ¡Por favor! Eras un niño de apenas 20 años y el sistema te desamparó.

—Ibe-san... —Entonces Eiji se levanta de la mesa para tomarlo del hombro—. Estoy agradecido de que lo hayas intentado, así que está bien. Hiciste todo lo que pudiste.

—Lo siento. —No obstante—. Lo siento tanto, Ei-chan. —El adulto está llorando desconsolado.

Y Eiji no puede hacer nada más que dejarlo.

Es extraño, conoció a Ibe ya que lo miró en un campeonato en la televisión y quedó embelesado con la expresión que puso cuando voló, eso lo motivó a visitar Izumo e insistirle en protagonizar una sesión de fotografía, siendo franco no lo entendió, ni siquiera había ganado la competencia y si saltaba era para enorgullecer a su mamá, veía lo mucho que ella se esforzaba, sin embargo, poco le llevó sopesar qué Ibe no se rendía cuando se encaprichaba, así que terminó en su casa, terminó haciéndose amigo de la familia, terminó siendo su amigo y lo más próximo que tendría a un padre (del suyo no sabía nada), tenían planes de visitar juntos América cuando acabara el primer semestre de la universidad. Tenía futuro. Sueños. Esperanza.

Moulin rouge.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora