TP2 - Capítulo 4: Contrito

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No estoy bien

¿No me ves?

Insiste por favor 

Aunque no te lo diga a la primera

ayúdame porque yo no puedo

no me preguntes por qué pero no puedo

no soy capaz

Ahora no soy capaz...

Nao se encontraba atrapada en un profundo sueño, uno de esos que sentía no solo como una simple visión, sino como una advertencia. El espacio alrededor de ella era un vacío insondable, una oscuridad que parecía no tener fin. En medio de esa negrura, escuchaba una voz familiar, suave pero llena de angustia.

No estoy bien. ¿No me ves? —la voz de Gojo resonaba en el aire, quebrada, cargada de un peso que nunca había mostrado—. Insiste, por favor. Aunque no te lo diga a la primera, ayúdame, porque yo no puedo... no me preguntes por qué, pero no soy capaz. Ahora no soy capaz...

Las palabras de Gojo eran desgarradoras, como si cada una fuera un grito de ayuda disfrazado bajo su fachada despreocupada. Nao, confundida, intentó moverse, pero se encontró caminando hacia un punto en la distancia, atraída por una escena que comenzaba a materializarse frente a ella.

A medida que se acercaba, el paisaje cambiaba. De la oscuridad emergía una visión impactante. Gojo estaba arrodillado, mirando al suelo con la cabeza baja. Su expresión estaba oculta, pero su dolor era evidente en cada fibra de su cuerpo. Nao intentó llamarlo, pero su atención fue rápidamente arrebatada por otra figura.

A pocos metros de Gojo, vio a Goku. Pero algo en él estaba completamente diferente. Su rostro, normalmente lleno de energía y alegria, estaba inmerso en un estado de completa desesperación. Sus ojos carecían de brillo, como si el alma que los había llenado alguna vez estuviera quebrada. Frente a él, un cuerpo yacía inerte.

Nao, con el corazón acelerado, corrió hacia la escena y, al acercarse, sus ojos se abrieron de par en par. Era Maki.

El cuerpo de Maki estaba destrozado, cubierto de quemaduras profundas, heridas que parecían haber sido causadas por una explosión o un fuego abrasador. La visión de su amiga así la dejó sin aliento, mientras el dolor y el sufrimiento de Goku se volvían aún más evidentes. Estaba catatónico.

Goku... —susurró Nao, aunque sabía que no podía escucharla en este espacio onírico. La imagen era desgarradora. El chico que siempre había sido tan fuerte ahora estaba roto, completamente incapaz de reaccionar ante la tragedia que tenía delante.

De repente, la escena cambió. El espacio negro fue reemplazado por un campo de batalla desolado. Goku estaba de pie, pero este Goku no era el mismo que había estado arrodillado ante el cuerpo de Maki. Este Goku tenía un semblante oscuro, su mirada estaba fría, y su energía era opresiva, casi como si hubiera sucumbido a la desesperación. Frente a él, Yuta Okkotsu, otro hechicero de grado especial, se encontraba en guardia.

Sin decir palabra, los dos se lanzaron el uno contra el otro, sus movimientos eran rápidos y brutales. La espada de Goku cortaba el aire con una precisión mortal. Pero algo estaba mal. Nao podía sentirlo. Esta pelea no era normal.

¿Por qué...? —se escuchó la voz de Yuta, llena de confusión, pero Goku no parecía dispuesto a detenerse. Su semblante era el de alguien que había perdido algo fundamental.

Nao observaba con horror cuando Goku, sin dudarlo, atravesó a Yuta con su espada. El filo de la hoja brilló en la luz, y la sangre comenzó a manar de la herida.

Yuta, cayendo de rodillas, miró a Goku, su rostro pálido y sorprendido.

¿Por qué...? —repitió Yuta, su voz débil mientras la vida lo abandonaba—. ¿Por qué me has hecho esto...?

Enlace maldito (Goku en Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora