El sol comenzaba a filtrarse suavemente a través de las cortinas de la habitación, iluminando el ambiente con una cálida luz matinal. Goku dormía profundamente, su respiración tranquila y sus brazos extendidos, ocupando gran parte de su cama. Maki, en su propia cama, abrazaba su almohada, todavía sumergida en un sueño tranquilo. La calma de la habitación era evidente, sólo interrumpida por el suave sonido de las aves afuera.
De repente, la puerta se abrió lentamente, y una figura alta y despreocupada entró en la habitación. Satoru Gojo, con su usual expresión despreocupada, observaba a los dos jóvenes dormidos. Con una sonrisa en el rostro, se acercó a la cama de Goku, inclinándose para susurrar:
—Eh, Goku, hoy es un día importante. —Lo sacudía suavemente, pero al ver que Goku no reaccionaba, Gojo decidió ser un poco más persistente—. Es tu primer día de clases conmigo, así que es hora de levantarse, dormilón —dijo mientras agitaba más fuerte a Goku, quien seguía aferrado a su sueño.
Goku murmuró algo inentendible, moviéndose ligeramente, pero aún sin abrir los ojos. Gojo, no satisfecho con su respuesta, comenzó a zarandearlo un poco más.
—¡Vamos! Si no te despiertas, te perderás la mejor parte del día... mi clase.
Justo en ese momento, Maki empezó a despertarse, frotándose los ojos mientras se incorporaba lentamente. Al abrirlos por completo, vio a Gojo inclinándose sobre Goku y lo miró con sorpresa.
—¿Qué haces? —preguntó, su voz todavía ronca por el sueño.
Gojo la miró con una sonrisa juguetona y respondió:
—Solo estoy asegurándome de que su primer día no sea un desastre. Goku parece estar demasiado cómodo en su cama.
Maki suspiró, claramente intentando ignorar la presencia de Gojo, y se dio la vuelta para volver a su cama, buscando esos últimos minutos de descanso. Pero Gojo, siempre alerta, se apresuró a intervenir.
—¡Ah, no! —dijo, señalándola con un dedo—. Tú también debes levantarte, jovencita. ¡No hay excusas! Hoy es el primer día, y no quiero que llegues tarde a mi clase.
Maki, resignada, bufó un poco antes de responder:
—Está bien, está bien —murmuró mientras se levantaba lentamente, recogiendo su ropa del armario y dirigiéndose al baño para darse una ducha rápida. Cerró la puerta detrás de ella, agradeciendo tener al menos unos momentos de privacidad lejos de Gojo.
Mientras tanto, Gojo seguía batallando con Goku, quien continuaba profundamente dormido. El hombre más fuerte de los hechiceros estaba teniendo problemas para despertar a un chico que no parecía tener intenciones de moverse.
—¡Goku! —Gojo comenzó a agitarlo más enérgicamente—. Si no te levantas en los próximos diez segundos, te prometo que haré algo mucho peor que tirarte un balde de agua.
Goku, con los ojos apenas entreabiertos y la voz adormilada, solo murmuró:
—Cinco minutos más...
Gojo lo miró con una mezcla de diversión y exasperación, dándose cuenta de que necesitaría algo más que palabras para lograr que Goku se levantara.
El peliblanco, aún con una sonrisa maliciosa, decidió cambiar de táctica. Se inclinó un poco más cerca de Goku y dijo con un tono burlón pero intrigante:
—Escucha, Goku, han repuesto la cocina. Y además, mandé a una señora a preparar comida para todos. Hay montones de platos recién hechos esperándonos.
Goku, quien había estado profundamente sumido en su sueño, de repente abrió los ojos de par en par. Con una expresión seria pero cómica, se levantó de la cama de golpe, como si le hubieran inyectado una dosis de energía pura.
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Enlace maldito (Goku en Jujutsu Kaisen)
AbenteuerEn una noche oscura, una nave espacial se estrella en el corazón del Clan Zenin, trayendo consigo a un niño misterioso con una fuerza y una historia desconocidas. Este niño, Goku, crece en un mundo donde el poder es ley, y donde su naturaleza lo co...