En un día aparentemente tranquilo, Goku, Maki, Yuta, Panda e Inumaki caminaban por el patio de la escuela. Maki, con una actitud inusualmente cariñosa, entrelazaba su brazo con el de Goku, y ambos avanzaban en silencio, disfrutando del aire fresco. A pesar de la calma, Yuta, quien caminaba un poco más atrás, se detuvo de repente, lo que llamó la atención de Panda.
—¿Qué pasa, Yuta? —preguntó Panda, al notar la preocupación en el rostro de su amigo.
—Es que... tuve un mal presentimiento —respondió Yuta, frunciendo el ceño, como si intentara interpretar la sensación inquietante que acababa de experimentar.
Maki, sin soltar a Goku, soltó un suspiro. —Es solo tu imaginación, Yuta.
Panda rió suavemente. —Sí, hermano, estás imaginando cosas.
Inumaki, fiel a su estilo de comunicación limitada, asintió y añadió con tono tranquilo: —Hojuelas de bonito.
Goku, siempre con una actitud despreocupada, solo sonrió ampliamente, sin darle mayor importancia a las palabras de Yuta. El grupo siguió caminando, y Yuta, al ver que sus amigos no compartían su inquietud, levantó las manos y gritó, algo frustrado:
—¡Hey, chicos, esperen!
Mientras tanto, el director Yaga y Satoru Gojo observaban a los estudiantes a través de una ventana, la escena exterior contrastaba con la creciente tensión en sus pensamientos. Yaga, con el ceño fruncido, rompió el silencio.
—Seguimos sin captar ningún movimiento de Geto. ¿Estás seguro de que no te preocupas en vano?
Gojo, apoyado relajadamente contra la ventana, con su típico tono despreocupado, respondió:
—Lo siento, director, pero estoy completamente seguro. Verifiqué personalmente la escena. Jamás podría confundir el rastro de la energía maldita de Suguru.
Yaga, sin apartar la mirada de los estudiantes, murmuró pensativo: —Suguru...
Antes de que pudieran continuar la conversación, ambos sintieron una perturbación en el aire. La energía maldita que los rodeaba cambió de forma abrupta. El director Yaga dio un paso atrás, exclamando con una mezcla de sorpresa y frustración:
—¡Goddamn! ¡Hablando del rey de Roma!
Gojo, ahora mucho más serio, giró hacia Yaga. Sabían lo que significaba esa energía.
—Reúnan a todos los hechiceros de semiprimera clase o superior —ordenó Yaga, con voz grave—. ¡Que me sigan de inmediato!
La amenaza de Suguru Geto se sentía más cercana que nunca, y ambos sabían que el enfrentamiento sería inevitable. Mientras tanto, los estudiantes continuaban caminando tranquilamente, ajenos a la tormenta que se avecinaba.
El ambiente entre los estudiantes se había tornado tenso mientras observaban cómo el enorme pelícano aterrizaba frente a ellos. Maki fue la primera en notar la extrañeza de la situación, sus ojos dirigidos al cielo.
—Qué inusual —dijo con tono suspicaz, soltando el brazo de Goku mientras se preparaba para lo que podría ser una pelea.
Panda, con una sensación similar a la de Maki, frunció el ceño y murmuró: —Yuta estaba en lo cierto.
Inumaki, fiel a su estilo lacónico, comentó en voz baja: —Salmón.
Yuta, siempre algo despreocupado, alzó una ceja al ver la enorme ave descender y luego dejar caer a una figura humana. —¡Wow! ¡Vaya pajarraco! —exclamó, impresionado por el tamaño del pelícano.
Goku, por otro lado, había cambiado su habitual expresión tranquila por una más seria, captando algo inusual en el aura que emanaba de los recién llegados. Su cuerpo se tensó instintivamente.
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Enlace maldito (Goku en Jujutsu Kaisen)
MaceraEn una noche oscura, una nave espacial se estrella en el corazón del Clan Zenin, trayendo consigo a un niño misterioso con una fuerza y una historia desconocidas. Este niño, Goku, crece en un mundo donde el poder es ley, y donde su naturaleza lo co...