Louis se sentó en el borde del sofá, mirando su reflejo en la ventana mientras el teléfono descansaba entre sus manos. Sabía que tenía que hacer esa llamada, aunque una parte de él quería evitarlo. Pero no podía seguir posponiendo lo inevitable. Finalmente, con un suspiro, marcó el número de Harry.
El tono sonó una, dos veces antes de que Harry contestara.
—¿Hola? —respondió Harry con su voz relajada, como si no esperara nada fuera de lo común.
—Harry, soy yo —dijo Louis, su voz algo vacilante—. Quería pedirte un favor. Sé que es algo de última hora, pero, ¿podrías venir a recoger a Jamie esta noche? Necesito que se quede contigo hasta mañana. Tengo... una cita.
Un silencio tenso cayó entre ellos. Louis pudo sentir la incomodidad al otro lado de la línea, pero Harry no dijo nada de inmediato. El corazón de Louis comenzó a latir más rápido, anticipando una respuesta que sabía que no iba a ser fácil.
Finalmente, Harry habló, manteniendo su tono neutral, casi demasiado controlado. —Claro, puedo pasar por Jamie. No hay problema.
Louis soltó un suspiro de alivio, aunque algo en la respuesta de Harry le dio un mal presentimiento. —Gracias, de verdad. Sé que es de última hora, pero pensé que sería lo mejor para él.
—Entiendo —respondió Harry, aunque sus palabras sonaban rígidas—. Nos vemos en un rato, entonces.
—Sí, nos vemos. Gracias de nuevo, Harry.
—De nada, omega.
La llamada se cortó, pero Louis se quedó mirando el teléfono durante unos segundos más, sintiendo una extraña mezcla de alivio y ansiedad. Sabía que Harry había tomado bien la noticia, al menos en apariencia, pero algo en el tono de su voz había cambiado. No podía decir qué, pero lo sentía.
En la otra punta de la ciudad, Harry sostenía el teléfono con tal fuerza que sus nudillos estaban pálidos. El enfado brotaba en su interior, una tormenta que amenazaba con desbordarse en cualquier momento. "Una cita. Louis tiene una cita." Era lo único que podía pensar, una y otra vez, como un eco implacable.
La idea de Louis con otro alfa lo estaba carcomiendo por dentro. La rabia le nublaba la mente, el deseo de lanzar su teléfono contra la pared y ver cómo se rompía en mil pedazos lo invadía. Sus manos temblaban ligeramente mientras lo guardaba en su bolsillo, resistiéndose a sus propios impulsos destructivos.
"¿Cómo puede hacerme esto?", pensaba. Aunque ya no estuvieran casados, el pensamiento de Louis con alguien más, de su omega en los brazos de otro alfa, le resultaba insoportable. Harry respiró profundamente, cerrando los ojos y apretando los puños, intentando calmarse antes de que todo lo que sentía se convirtiera en un grito ensordecedor.
Pero no podía permitirse perder el control. No ahora. No frente a Louis, ni frente a Jamie. Se obligó a calmarse, tomando una respiración profunda tras otra, hasta que la rabia se convirtió en una corriente fría que corría por su interior, aún presente pero contenida. "Tengo que ser razonable. Tengo que ser fuerte."
Harry se dirigió a la puerta, cogiendo las llaves del coche con un movimiento decidido. Jamie no tenía la culpa de lo que estaba ocurriendo. Él siempre sería su prioridad, aunque en ese momento, lo único que quería era confrontar a Louis por la estúpida idea de tener una cita.
Cuando Harry llegó a casa de Louis, el pequeño Jamie corrió hacia él con una sonrisa brillante en su rostro. —¡Papá! —gritó Jamie mientras saltaba a sus brazos.
—Hola, campeón —dijo Harry, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. ¿Listo para pasar la noche conmigo?
Jamie asintió emocionado, mientras Louis se acercaba para despedirse. —Gracias por venir, Harry —dijo Louis, mirando a su hijo con una sonrisa cariñosa—. Diviértanse.
Harry asintió, intentando no pensar en la razón por la que estaba allí. —Nos veremos mañana. Diviértete —respondió con una neutralidad que le costó trabajo mantener.
Louis notó algo en su tono, pero decidió no decir nada. Mientras veía a Harry llevarse a Jamie, una pequeña sensación de duda se instaló en su pecho. Pero tenía que seguir adelante con la cita. Era lo mejor para él... ¿verdad?
Cuando Harry llegó a su casa, Richard estaba en el salón, hojeando una revista sin demasiado interés. Al ver a Jamie entrar, levantó la vista con curiosidad.
—¿Qué hace Jamie aquí? —preguntó Richard, arqueando una ceja.
Harry soltó un suspiro pesado, aunque mantuvo su expresión lo más calmada posible. —Louis tenía planes esta noche... una cita —dijo, tratando de no dejar que la amargura se filtrara en sus palabras.
Richard parpadeó, sorprendido por un segundo antes de que una sombra oscura cruzara su rostro. "Una cita." Esa palabra resonó en su mente, como un veneno que se esparcía rápidamente por su sistema. Disimulando su malestar, Richard sonrió ligeramente, fingiendo despreocupación.
—Ah, ya veo. Bueno, Jamie puede quedarse aquí. No hay problema.
Harry, agotado emocionalmente, asintió.
Richard se levantó del sofá, acariciando la cabeza de Jamie de manera distraída mientras el pequeño se sentaba a jugar con sus juguetes. Luego, con una excusa cualquiera, Richard se dirigió a una de las habitaciones y cerró la puerta tras él.
Una vez solo, su expresión cambió por completo. Ya no había rastro de la sonrisa tranquila que había mostrado frente a Harry. En su lugar, sus ojos brillaban de furia, y apretaba los puños con tanta fuerza que sus uñas casi se clavaban en la palma de su mano.
—¿Una cita? —murmuró, su voz cargada de desprecio—. ¿Quién se atreve a invitarlo? ¡Louis es mío! Siempre lo ha sido, desde hace mucho, desde antes de que él siquiera lo supiera.
Richard se dejó caer en la cama, el corazón latiendo con fuerza mientras sus pensamientos se oscurecían. Había estado esperando años para que Louis lo viera, para que comprendiera lo que él significaba para él. Había hecho todo lo posible para estar cerca de él, para acercarse lentamente y ocupar un lugar en su vida. Incluso se había involucrado con Harry, sabiendo que eso lo pondría más cerca de Louis, más cerca de su objetivo.
"No me importa que seamos ambos omegas. No necesito a un alfa. ¡Nunca lo necesité! Lo que necesito es a Louis." Cada palabra era un recordatorio amargo de los años que había pasado deseándolo en secreto, sabiendo que él y Louis podían ser felices juntos. Pero Louis no lo había visto aún, seguía pensando en los alfas, en la maldita dinámica social que dictaba que un omega debía estar con un alfa. "Todo eso es basura."
—No permitiré que algún alfa desconocido e imbécil lo aleje de mí —dijo entre dientes, su mirada oscura y llena de resentimiento—. Si alguien se atreve a ponerle las manos encima, se arrepentirá. Louis es mío, mi omega, y tarde o temprano, se dará cuenta.
El odio y la frustración lo consumían mientras se juraba que haría lo que fuera necesario para asegurarse de que Louis quedara a su lado. No importaba cuántos alfas aparecieran en su camino, él estaba dispuesto a luchar por lo que siempre había querido. "Louis será mío, sin importar el precio."
Afuera, en la sala, Harry miraba a Jamie jugar, su mente todavía revuelta por la idea de Louis con otro. Pero ninguno de los dos sabía que las verdaderas sombras se cernían mucho más cerca de lo que imaginaban.
>Fanytz
ESTÁS LEYENDO
| You're mine | l.s
Fanfic¿Qué tan bajo tienes que caer para recuperar a alguien a quien considerabas tuyo? >Harry Alfa. >Louis Omega. Relaciones Boy/Boy. Esta historia tiene contenido homosexual, si eres homofobico este NO es lugar para ti, agradecería que no insultaras mi...