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Capítulo 13

Harry estaba más calmado ahora. Después del enfrentamiento que había tenido con Louis, había decidido adoptar una estrategia diferente. En lugar de forzar una discusión, optó por soltar comentarios sutiles, pequeños recordatorios de lo que era su vida juntos. Sabía que la presión constante de los padres de Louis y sus propias visitas estaban haciendo efecto, poco a poco.

Una tarde, mientras Louis lo invitaba a su casa para pasar tiempo con Jamie, Harry aprovechó la oportunidad para comenzar su nuevo enfoque.

—Jamie estaba tan emocionado ayer, —dijo Harry mientras observaba a su hijo jugar en el suelo—. Cuando nos vio juntos, Louis, lo primero que dijo fue que éramos una familia de nuevo.

Louis miró a Harry de reojo, con una leve sonrisa, pero su mente estaba en otro lugar. Harry siempre encontraba una manera de mencionar la familia. Era un punto débil que sabía usar, y Louis empezaba a sentirse atrapado en esa narrativa.

—No quiero que creas que estoy presionando, —continuó Harry, acomodándose en el sofá más cerca de él—. Pero... ¿no has pensado en lo bien que sería para Jamie que volviéramos a estar juntos? Podríamos darle un hogar estable, una estructura que él necesita.

Louis suspiró, intentando no caer en la trampa. Sabía que Harry estaba jugando con sus emociones, pero parte de él empezaba a dudar.

—Harry, no podemos simplemente volver por el bien de Jamie, —respondió, aunque su voz sonaba más débil que en ocasiones anteriores—. Ya hemos intentado esto antes, y no funcionó.

Harry se inclinó un poco hacia adelante, con una sonrisa suave y casi compasiva.

—Lo sé, pero la situación era diferente entonces. Yo estaba demasiado enfocado en el trabajo, en la empresa... descuidé lo más importante: nuestra familia. He cambiado, Louis. Ahora tengo tiempo, y estoy aquí. Podemos hacer que funcione, incluso podríamos darle un hermanito a Jamie, —añadió, su tono más sugerente y colocando una de sus manos entre los muslos del omega.

Louis sintió un nudo en el estómago. La imagen que Harry estaba pintando era tentadora, lo admitía. Jamie había estado tan feliz al verlos juntos. Se había aferrado a la idea de que sus papás volverían, de que podrían ser una familia otra vez. Y Harry sabía cómo jugar con ese sentimiento.

—¿Un hermanito? —Louis preguntó con una mezcla de sorpresa y duda, pero más para ganar tiempo mientras procesaba lo que Harry estaba sugiriendo.

—¿Por qué no? —respondió Harry, encogiéndose de hombros como si fuera la cosa más natural del mundo—. Jamie se merece tener una familia completa, una que pueda darle estabilidad. No quiero que crezca en medio de incertidumbres, y sé que con Zayn nunca tendrá eso.

Esa fue la frase que realmente golpeó a Louis. Zayn. Su relación con él había comenzado de manera tan natural, tan genuina. Pero desde que Harry y sus padres habían comenzado a hacer comentarios sutiles, Louis no podía evitar sentir dudas.

—Harry... —Louis intentó replicar, pero Harry lo interrumpió acercándolo más a él con una mano rodeando su cintura.

—Escúchame, Louis. No estoy diciendo que Zayn no sea un buen tipo, pero tú y yo sabemos que él no puede ofrecerte lo que yo puedo. Nosotros ya construimos algo, y podemos volver a hacerlo. Lo que te doy es estabilidad, es algo real, no una fantasía de lo que podría ser.

Louis se quedó en silencio. Sabía que no debía dejarse influir, pero las palabras de Harry y sus padres comenzaban a hacer mella en él. Le hacían dudar de sus propios sentimientos. Jamie se veía tan feliz cuando Harry estaba cerca. Era más fácil cuando no había conflictos, cuando todo parecía encajar.