capitulo dieciocho - recuerdos vergonzosos

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Los chicos estaban sentados en nuestra mesa de siempre, charlando. A lo lejos, se podía escuchar la risa de Valeria, probablemente por algo que había dicho Marco. Mientras me acercaba, Aaron fue el primero en notar mi presencia, seguido de Ashton.

—Hola —saludé a todos en la mesa—. ¿Qué hacen?

—Marco está llorando porque le gané en todas las partidas anoche —dijo Aaron con una sonrisa. Volteé a ver a Marco y recordé nuestra charla del primer día de clases.

—¿Qué pasó con la chica con la que jugabas en las vacaciones? La que te gustaba —pregunté, y al instante Marco se quedó inmóvil. Volteé hacia Val, que tenía los ojos abiertos de par en par.

Estos dos nos ocultan algo.

Lo sé.

—¿Marco? —lo llamé, ya que no me decía nada.

—Dejó de conectarse, y empecé a jugar con Val. No supe nada más de ella —respondió, pero había algo raro en su respuesta. No me miraba cuando hablaba, lo que significaba una cosa: me estaba mintiendo.

Hombre tenía que ser.

—No sabes estar callada, ¿verdad?

—Oigan, chicos, ¿quieren ir a una fiesta el sábado? —intervino Ashton de repente.

—¿Otra fiesta? —exclamó Val con expresión cansada—. Yo no voy, es noche de amor propio.

—¿Dónde es la fiesta? —preguntó Marco.

—En casa de Trevor.

—¿Trevor Clark? Olvídalo —dijo Marco antes de que Ashton pudiera terminar. Y ahora que lo mencionaban, el nombre me sonaba por algo en particular. luego de pensarlo un momento lo recordé, era el antiguo capitán del equipo del instituto hace unos años atrás.

—¿No fue en una de sus fiestas donde conociste a Ariel? —pregunté, conteniendo la risa.

—Ni lo menciones —dijo Marco, lanzándome una mirada intimidante que me decía claramente: cállate.

—¿Quién es Ariel? —preguntó Val de pronto.

—Una linda "aventura" de Marco —dije en tono de broma, levantando las cejas. Val abrió los ojos y se sonrojó.

—Oye, no. Lo estás pintando muy mal —se quejó Marco, visiblemente avergonzado—. En una fiesta el año pasado, estaba pasado de copas y conocí a una "chica" —dijo enfatizando la palabra—. Era mayor, una universitaria, y me gustó. Pasamos toda la noche bailando y hablando. Cuando fuimos a un cuarto para... ya sabes... bueno, me sorprendió con algo.

—¿Me estás diciendo que iba armada? —preguntó Aaron, para luego soltar una carcajada. Marco asintió, lo que hizo que Ashton también estallara en risas, mientras Val seguía sin entender.

—¿O sea que era un chico? —preguntó Val, mirando a Marco confundida—. ¿Eres...?

—¡Oh, no! Digo, no tengo nada en contra, pero nunca me lo dijo, y sí, me sorprendí.

—Salió corriendo de la fiesta y nunca volvió a pisar una fiesta de Trevor —añadí, riéndome sin poder parar. Después de lo que pareció una eternidad de risas y bromas a costa de Marco, la conversación cambió abruptamente de rumbo nuevamente cuando Ashton volvió a insistir en la fiesta del sábado.

—Vamos, Mya. Será divertido —dijo Ashton, mirándome con esos hermosos ojos azul cielo.

—No estoy tan segura —respondí, cruzando los brazos—. Es en la casa de Trevor, ¿no?

Marco resopló, claramente incómodo solo de escuchar el nombre.

—Trevor... —murmuró con fastidio—. No entiendo por qué insistes en invitarla a las fiestas de ese tipo.

Ashton se encogió de hombros.

—Porque no es gran cosa, solo es una fiesta.

—Eso lo dices tú —agregó Val, todavía recuperándose de la risa por la historia de Marco—. Yo no iría.

—Yo tampoco voy —intervino Aaron, inclinándose hacia atrás en su silla—. Tengo otros planes, y la verdad no estoy de ánimos para fiestas este fin de semana.

Eso dejó a Ashton mirándome, esperando mi respuesta. Lo conocía lo suficiente para saber que no dejaría el tema tan fácilmente.

—No sé si debería ir —dije, dudosa.

—Oh, no te preocupes, Mya. Seguro Ashton te protege de cualquier sorpresa... inesperada —dijo Val, arqueando una ceja con picardía hacia Marco.

—Muy graciosa —contestó Marco, rodando los ojos.

—Lo que pasó esa vez fue un malentendido. Solo hay que evitar beber demasiado, Marco —bromeó Ashton, dándole una palmada en la espalda.

Marco no respondió, pero la tensión en su expresión no se desvaneció del todo.

Suspiré, sabiendo que Ashton no se rendiría hasta que aceptara.

—Está bien, iré —dije al final—. Pero solo un rato.

Ashton sonrió como si hubiera ganado una batalla.

—Sabía que dirías que sí. Te prometo que esta vez la pasaremos genial, sin dramas ni sorpresas raras.

—Eso espero —respondí, tratando de mantenerme firme, aunque algo en la forma en que Ashton me miraba me hacía sentir que realmente lo disfrutaría.


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Hola! Sé que es un poco tarde para publicar esto, pero estos días han sido bastante difíciles. Tenía planeado prepararles una maratón de capítulos para este fin de semana, pero después de la noticia de Liam, me resultó complicado incluso terminar este capítulo. Aun así, aquí está, con mucho cariño. Espero que lo disfruten.


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