Vientos de Abril 🤎

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Nico y Kim se enfrentan a su dudoso historial

—Culpable. 

¡¿Qué?!

Junté las cejas de inmediato al escuchar mi veredicto. ¿Cómo que era culpable si mi abogada presentó todas las pruebas? ¿Era en serio? ¡Hasta me hicieron pasar vergüenza! 

Oía los murmullos de la audiencia que pronto se transformaron en alegatos. El juez tuvo que golpear varias veces el martillo para poner orden detrás de mí. Miré a Kim; se encogió de hombros como si no entendiera nada. Nadie entendía nada. 

—Considerando que no tiene antecedentes penales y no es un criminal peligroso, hemos determinado que, lo mejor para el acusado, es el arresto domiciliario. 

Expulsé humo por las narices. 

Luego de varios reproches por parte de mi abogada, no hubo resultados. El juez dio por cerrada la sesión y tuve que salir de tribunales con todo mi equipo bueno para nada. 

Me dejaron peor. 

—¡Perdiste el caso! —empecé a reprocharle a mi abogada en el pasillo—. ¿Te titulaste mirando a la Doctora Polo o qué? 

—Lo siento, Nico, no sé qué ha pasado. Creo que tu padre está pasando mucho dinero para alargar el caso. 

—¡Leíste mi historial, María Carmen! ¿Dónde quedó mi dignidad? 

—¡Eso no es lo más importante ahora, Nicolás! Mira, agradece que estarás en tu casa. Es transitorio mientras se aplaza la investigación. 

Puse las manos en las caderas y la miré con una ceja arqueada. 

—Nico —insistió—, esto es beneficioso para ti. Si tu padre te hubiese querido dejar tras las rejas, pagaría por eso, pero te dejó en arresto domiciliario. 

—Aaah, ya decía yo que era su hijo favorito. 

—¡Deja la ironía! 

—Ironía mis huevos, María Carmen. ¡Soy inocente! ¿Si quiera puedo recibir visitas? 

—¿Lo dices por tu pelirroja? 

—Claro que lo digo por ella. Somos un equipo, ¿lo sabías? 

Al final simplemente cogió aire con diversión y me explicó el proceso a seguir; el largo y tedioso proceso a seguir. Al menos María Carmen tenía un poco de razón; en casa tenía mi propia cancha de tenis para no aburrirme. 

De igual manera, odiaba esto. Yo quería estudiar y seguir con mi fundación. Quería avanzar con mi vida y no podía, no hasta que papá dejara de verme como una amenaza para su candidatura. 

🍂Kim Harrison🍂

Nos detuvimos en una pequeña gasolinera y pasamos al baño con mi hermana. Cuando salimos, papá estaba de pie zampándose un hot dog. 

—¡Papá! —exclamó Kass dirigiéndose hacia él—. ¡El doctor te dijo que tenías que hacer dieta! 

—¡Y la estoy haciendo!