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Holaa! Quería decirles que me demoré porque no pagué el internet akajka Estoy en la ventana de mi casa robando el wifi de la plaza 

En fin, déjenle un corazoncito ahora a... la abuela Samantha bonita  💕


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Las aventuras de un peligroso criminal 

—Más te vale que me expliques qué está pasando, Nicolás. —Le apunté con el atornillador.

—Vale, te voy a explicar, pero nadie puede saber que estoy aquí, ¿sí? Yo... yo estoy prófugo. Soy prófugo de la justicia.

Mientras continuaba arriba de él, me mantuve mirándolo fijamente, intentando ser seria. Pero es que ¡PFFFFF! No pude evitar soltar la risa contenida. Y es que, ¿acaso no se le pudo ocurrir nada mejor?

—¿Prófugo? —continué riendo—. ¡Uuh...! Dónde tienes el arma, ¿eh?

—Deja de mov...

—Es que... Te viste John Wick, ¿verdad?

—Es una larga... his-historia. —Nico lo dijo con una voz ronca y liberó un suspiro entrecortado.

—¡Pues explícame! —Gesticulé como si fuera obvio—. ¡Hace cinco minutos me enteré de que medio mundo te anda buscando por una recompensa millonaria!

—¡Pues como quieres que te explique si te mueves a cada rato!

Oh, eso.

—¡Kim! —Sorpresivamente gritó papá desde la entrada techada mientras lluvia caía con intensidad—. ¡Voy para allá!

Oh, no... Aquello era muy malo. Abrimos los ojos de par en par y nos levantamos al mismo tiempo al sentir el chapoteo de las botas sobre el barro. Chap, chap, ¡papá se estaba acercando!

—¡Escóndete! —susurré, sintiendo que se me subió el calor a la cara—. ¡Rápido!

—¡Me van a picotear tus gallinas!

—¡No te las des de niño riquillo justo ahora!

Espera un momento... 

Enfoqué mis ojos para verlo mejor. Se veía ¿diferente? 

Nico vestía una sudadera negra, pero ahora ya no traía la capucha puesta y eso me permitió notar un detalle. No lo hubiera visto de no haber sido por la luz de la luna. ¡Claro que no me hubiera dado cuenta de que llevaba UNA PELUCA LARGA Y RUBIA!

—A ver —comencé a enumerar con los dedos, furiosa—: sales en la tele por un posible secuestro, apareces en mi gallinero y, para remate, vestido de mujer. ¿Qué se supone que eres ahora? ¡¿Hanna Montana?!

Intentó hablar para darme al menos una explicación razonable, pero no pudo. Se escondió vertiginosamente detrás del estante cuando papá abrió la puerta y encendió la luz. Mi primer impulso fue sonreírle como si nada hubiera pasado —O al menos eso era lo que quería trasmitir, a pesar de que la gallina exigía su lugar.

—¡Hola, pa! —Expandí mi sonrisa y luego tosí cuando la gallina se pasó a golpear la cabeza contra el estante.

—¿Por qué demoras tanto? ¿Aún no hay señales de Nico?

La gallina reprodujo un alarmado: ¡¡CUA, CUA!!

¡¡Ya, cállate, soplona!!

—Uhm... No, aún no hay señales. Yo creo que... que se fue a la casa de algún amigo. Siempre pelea con sus padres y ya sabes, tal vez por eso escapó —dije. Papá se mantuvo pensativo y se formó un silencio extraño durante unos segundos—. M-mejor ve a casa y aprovechas de llevar el generador. Y-yo necesito un descanso de las visitas.

Vientos de Abril 🤎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora