Todo parecía haber vuelto a la normalidad después de que Anon convenciera al Tío Moe de darle una oportunidad a Fang y su banda para tocar en su pizzería. El malestar por la derrota en el arcade y el tema de las pizzas se disipó, y Fang, emocionada por el concierto, incluso le dio un gran abrazo a Anon en señal de agradecimiento. Sin embargo, a pesar de este gesto sincero, algo seguía inquietando a Fang. La extraña sincronía entre Anon y Naomi durante el juego no dejaba de rondar por su mente, y esa incomodidad fue imposible de ignorar.
Al día siguiente, en la escuela, Fang reunió a sus amigos para compartir lo sucedido. —Chicos, Anon consiguió que el Tío Moe nos dé un concierto en su pizzería — anunció Fang con una mezcla de entusiasmo y cautela. Reed levantó los pulgares, aprobando la noticia sin pensarlo demasiado. —Lo sabía, Anon siempre tiene una suerte increíble. ¡Es como si le saliera todo sin esfuerzo! —
Sin embargo, Trish, que nunca había sido fan de Anon, frunció el ceño y cruzó los brazos. — ¿Anon? ¿Suerte? No me lo creo. Siendo él, seguro que hay algo detrás, ese tipo no se tropieza con oportunidades así porque sí. —
Fang, ahora más confundida por las opiniones opuestas de sus amigos, intentó aclarar su propio pensamiento. — Lo que me preocupa no es solo eso. Ayer, cuando jugamos en el arcade... Anon y Naomi estaban demasiado sincronizados. La forma en que terminaron el juego... era raro, como si lo hubieran practicado. ¿Y esa pose al final? No sé, parecía como si fueran un equipo."
Reed soltó una carcajada. —Eso suena a coincidencia total, Fang. Anon es un desastre. Si algo sale bien, fue pura suerte, y casi siempre que se le sube a la cabeza se pasa de exagerado. —
Pero Trish no cedía. —No, Fang. Esto es sospechoso, sabemos lo manipuladora que es Naomi, y Anon... bueno, él es un despistado, pero no te engañes, algo no cuadra aquí.—
Esas palabras hicieron eco en la mente de Fang. Trish, siempre convincente, supo exactamente cómo sembrar la duda. Y aunque Reed intentó calmarla, la influencia de Trish pesaba más.
Fang comenzó a pensar en Naomi y su capacidad para manipular situaciones, y el comportamiento descuidado de Anon parecía el escenario perfecto para que algo extraño sucediera sin que él siquiera se diera cuenta.
Movida por la desconfianza, Fang decidió llegar al fondo del asunto, durante una semana, vigiló a Anon desde la distancia como una auténtica stalker.
Lo siguió en los pasillos de la escuela, lo observó durante el almuerzo, y prestó especial atención cada vez que Naomi y Anon se cruzaban. Sin embargo, para su sorpresa, no vio nada fuera de lo normal, cada interacción entre ellos parecía superficial, saludos casuales, algún que otro intercambio de palabras sin importancia.
Al final de la semana, Fang empezó a sentirse aliviada. Quizás había sido solo su imaginación. No había señales de ninguna conspiración.
Pero, mientras el alivio la inundaba, también comenzó a sentir vergüenza. —¿Qué estoy haciendo? Ni siquiera somos pareja — pensó Fang, recordando que su celos no tenían fundamento real, quizás era momento de que ella diera el primer paso.
Era viernes, y la semana había pasado sin grandes novedades. Sin embargo, ese mismo día, Anon escuchó algunos rumores sobre una posible pelea entre Naomi y Naser.
Nadie le había mencionado nada directamente, ni Naomi ni Naser, así que Anon los tomó como simples rumores que circulaban por los pasillos. Pero más tarde, esa noche, su teléfono vibró con un mensaje inesperado de Naomi.
—¿Puedes venir a mi casa mañana? Estoy triste... pasó algo grave entre Naser y y necesito una tarde de Rocktendo. —
Anon leyó el mensaje y suspiró, sintiendo el peso del cansancio de la semana —¿Qué habrá pasado esta vez? —,se preguntó.

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Dos perdedores
RomantikaDespues de un evento bastante triste, Anon y Nomi desarrollan una fuerte Amistad, cambiando el rumbo de todo, la decisión de cada personaje podría cambiar para siempre como las cosas ocurrirán, Naser, Fang, Naomi y Anon, tendrán que sentir el peso d...