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Paz


[Contenido fuerte,
Abuso de drogas]

El frío de la mesa de metal contra su piel herida le brindaba un poco de alivió, ya que así había dejado de sentir tanto dolor en los golpes de la parte superior de su cuerpo.

Deseaba no sentir nada en lo absoluto, pero lo hacía. Sentía la sangre y las lágrimas mojar la parte de la mesa donde su rostro se encontraba, sentía las manos extrañas en él y sobre todo sentía la fricción de su cuerpo contra la mesa con cada movimiento.

Y el aliento caliente en su nuca cuando repetía las crueles y asquerosas palabras, una y otra y otra vez.

-serás mío para siempre. Yo soy tu dueño, seré el dueño de esa cabecita tuya por el resto de tu vida..

Vida que te permito tener hasta que te encuentre de nuevo...

Stiles abrió los ojos asustado y agitado, inmediatamente se sentó en su cama, y se movió hasta tener su espalda pegada al respaldar de la cama, para luego tomar sus rodillas y abrazarlas dándose así mismo un poco de confort mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.

***

¿Seguro? Esta mierda es muy adictiva y se ve que no eres de las personas que se meten ésto- señalo sin mucha importancia mientras miraba alerta hacía la salida del callejón.

-eres bastante suave para hacer lo que haces. Se lo que hace por eso la pedí. Y solo dime el precio-

-son 140 dolares-

-de acuerdo- stiles le entregó el dinero y el tipo una bolsita con una sustancia blanquecina.

-suerte con la abstinencia- agregó el tipo antes de irse.

Stiles endosó una sonrisa agridulce. El tenía razón después del subidón será horrible, vómito, humor errático y fármacos para reducir y controlar los efectos.

Pero pensar es una noche donde no piense en absolutamente nada y sólo disfrutar hasta de los colores de las luces, era suficiente para stiles volverá a pasar por eso una vez más.

Sabía que lo que le esperaba pero realmente lo nesecitaba. Stiles había estado encerrado en su departamento y sólo salía cuando iba a trabajar en un restaurante como salonero.

Tratando de hacer las cosas bien, de tener una vida normal y sana tal y como le prometió a Cora antes de que saliera de la ciudad, hace dos meses. Pero simplemente sus pensamientos le ganaron una vez más, y sólo sería esa noche y luego se centraría de nuevo en la promesa.

Stiles salió del callejón y volvió a su auto. Cuando entró tomó la pequeña bolsa entre sus manos para observarla, preguntándose si valía la pena pasar por eso otra vez.

Al sentir que había visto la bolsa por mucho tiempo, decidió ir a la fiesta de máscaras primero.
Tiro la pequeña bolsa en el compartimiento del tablero del auto, y condujo hasta la fiesta aún con la indecisión aún más marcada.

Miro hacía el cajón dudando en tomar eso y aspirarlo allí en eso momento y tener finalmente la mente en blanco por una vez en mucho tiempo.

Se echo hacía delante pegando su frente al manubrio, cerró los ojos con fuerza pensado en todo lo malo que provoca la heroína y todo lo que tiene que pasar para sacarla de su sistema, tratando de convencerse de no hacerlo, que no vale pena que tenga que estar al menos una semana pasandola mal solo por una buena noche.

Una noche en paz, sin culpa, sin pensamientos suicidas, sin impotencia, ni tristeza.

Suspiro profundamente mientras agarraba con fuerza el manubrio.

¿Stiles, débil?Where stories live. Discover now