Amelia
Abrí los ojos y sentí que mi cabeza estaba apoyada contra algo duro, miré hacia arriba y una sonrisita tontorrona se me escapó.
Las manos de João abrazaban mi cintura y mi cabeza estaba apoyada en su pecho, con mis piernas enredadas sobre las suyas.
Aproveche que el seguía durmiendo para echar un vistazo a los abdominales de este tío porque juro que no era ni medio normal, me mordí el labio sin poder impedirlo y no pude evitar acariciaros. Una risita me avisó de que mi futbolista ya estaba despierto.
— ¿Disfrutando las vistas? — murmuró João, su voz ronca y aún cargada de sueño.
Me sonrojé al instante, pero no aparté la mano de sus abdominales. En lugar de eso, le dediqué una sonrisa pícara.
— Bueno, no todos los días se tiene este privilegio — le respondí, intentando sonar casual mientras sentía cómo su risa vibraba bajo mi mano.
João se inclinó un poco hacia mí y me dio un beso rápido en los labios antes de levantar una ceja.
— Y que sepas que esto no es gratis, ¿eh? — dijo, fingiendo un tono serio. — Hay una tarifa para disfrutar de mis abdominales.
Le di un pequeño empujón, riéndome.
— ¿Ah sí? ¿Y cuánto es esa tarifa, señor futbolista?
— Mmm, podríamos decir que es negociable... — respondió, acercándose aún más. — Pero creo que otra noche conmigo cubriría el costo.
Solté una risa y apoyé la cabeza de nuevo en su pecho, sintiendo que, al menos en este momento, todas mis dudas y preocupaciones se quedaban fuera de esta cama.
— ¿En qué piensas cariño? — me preguntó el mientras me acariciaba el pelo con cariño
Suspiré, disfrutando de la sensación de sus dedos enredándose en mi pelo.
— Pensaba en lo extraño que es todo esto, — confesé suavemente. — Nunca imaginé que terminaría aquí, contigo, así... — levanté la mirada para encontrarme con sus ojos. — Y que además me sintiera tan bien.
João sonrió, deslizando sus manos suavemente hacia mi espalda.
— A mí me pasa lo mismo — admitió, con una honestidad que me desarmó un poco. — Nunca pensé que me arriesgaría tanto por alguien, y aquí estoy, casi rogando por tener más noches como esta contigo.
Su sinceridad me hizo sonreír y me encogí un poco más en su pecho, sintiendo cómo el calor entre nosotros se volvía más acogedor.
— Solo que... no puedo evitar pensar en el contrato, y en lo que podría pasar si esto no sale bien, — murmuré, sin querer romper del todo la burbuja de tranquilidad que teníamos.
João me apretó con suavidad, dándome un beso en la frente.
— Mira, si he aprendido algo en el campo, es que los partidos se ganan sin pensar en la posibilidad de perder. — Sus ojos brillaban con una mezcla de ternura y determinación. — Así que, ¿por qué no jugamos a ganar?
— Me parece muy buena idea, futbolista, juguemos a ganar — le respondí con una sonrisa antes de besarlo.
Justo en medio del beso sonó el teléfono y João emitió un quejido contra mis labios.
— No lo cojas — me pidió João
— Puede ser importante — le respondí con una sonrisa alcanzando mi móvil
Os queremos a João y a ti en las oficinas en media hora
Tenemos que hablar
ESTÁS LEYENDO
Destinados - João Félix
Romance- Estábamos destinados João Félix, la estrella en ascenso del FC Barcelona, está en el ojo del huracán tras una ruptura muy publicitada con su novia. Acostumbrado a ser el centro de atención, su vida se ha convertido en un desfile de escándalos medi...