Destinados - João Félix

Capítulo 16 - No es tan malo

Amelia

— A ver repítemelo por favor — me pidió Pedri — ¿Te has acostado con João?

Asentí mordiéndome el labio, odiaba los interrogatorios de estos dos

 — ¿Y te escapaste de su casa por la mañana? — preguntó Gavi para confirmar

Volví a asentir ¿Cuántas veces me harían repetir lo que les acababa de contar?

— Muy bien Meli, de verdad que no se puede hacer peor — me regañó Pablo

— No quería hacer las cosas incómodas — me defendí — Además no creo que esté lista para otra relación, lo deje con Mason hacen poco y no se si puedo darme la opción de salir con alguien 

— No, si es que los dos sois imbéciles. Tu por no darte una segunda oportunidad y el por no admitir que esta loco por ti — se quejó Pedri

Mi corazón dio un salto al escuchar sus palabras ¿Que João qué?

— João no está loco por mi — les dije

— Joder que no — ser rió Pablo — ¿No viste que casi me arranca la cabeza cuando te di un  beso en la mejilla 

— Te lo juro, Meli. Estaba que echaba humo. En el entreno del día siguiente, después de lo que pasó entre vosotros, se le notaba que estaba en su mundo y que no podía dejar de pensar en ti.

Gavi intervino, sonriendo de forma traviesa.

— Y no solo eso, cuando le pregunté por ti después del entreno, se puso a hablar de lo increíble que eres. Tienes que verle cómo le brillan los ojos.

Me mordí el labio, sintiendo una mezcla de alegría y confusión. ¿Era posible que João realmente sintiera algo por mí? La noche que pasamos juntos había sido intensa, pero no quería dejarme llevar por ilusiones.

— Vale, quizás le guste estar conmigo, pero eso no significa que esté loco por mí. — Intenté restarle importancia, pero algo dentro de mí quería creer lo contrario.

— A ver, Meli, seamos realistas — dijo Pedri, su tono se volvió más serio. — Él ha estado lidiando con muchas cosas y, cuando se trata de ti, se le nota que hay algo más.

— ¿Y si solo fue un desliz? — pregunté, sintiéndome cada vez más ansiosa. — No quiero complicar las cosas entre nosotros, tenemos un contrato.

— Olvídate del contrato por un momento — insistió Gavi, acercándose a mí. — La vida es demasiado corta para perder oportunidades. Si sientes que hay algo especial entre vosotros, no dejes que el miedo te detenga.

Las palabras de mis amigos resonaban en mi cabeza. Tal vez era el momento de arriesgarme, de abrirme a la posibilidad de algo más. Pero el miedo a salir lastimada, a perder lo que ya había construido con João, seguía ahí, acechante.

— Está bien, lo pensaré. — Acepté, sintiéndome un poco más segura. — Pero necesito tiempo para aclarar mis sentimientos.

— Eso es todo lo que pedimos, Meli — dijo Pedri, sonriendo. — Solo asegúrate de que si decides dar el paso, lo hagas de manera sincera.

Después de charlar un poco más, mis amigos y yo nos despedimos. Mientras me preparaba para salir de casa, mi mente seguía divagando entre mis sentimientos y las palabras de mis amigos.

Al llegar a casa, vi mi móvil parpadear con una notificación. Era un mensaje de João.

¿Podemos hablar ahora?

El corazón me dio un vuelco. Era la oportunidad que necesitaba para aclarar las cosas entre nosotros. Acepté y le respondí.

Sí, claro. Estoy en camino.