os recomiendo escuchar las canciones que suenan en la historia mientras leéis ;) os dejo aquí esta playlist con ellas: https://open.spotify.com/playlist/4idj5EcnEZ4OKvxuTjwjuq?si=H8FxOCyTT4a6AVTo027YTQ&pi=e-9M6O9Ff5TnSm
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Cuatro cervezas y siete cigarros después, el ambiente se había animado notablemente. Aurora, Jimena y Juanjo estaban disfrutando de la fiesta. Las risas, las bromas y la música de fondo los envolvían mientras una banda tocaba en el escenario cercano. Juanjo, que al principio se había sentido algo fuera de lugar, ya estaba más relajado, riendo y compartiendo momentos con sus amigas.
"Te hacía falta esto, ¿eh?" comentó Aurora, observando cómo su amigo comenzaba a soltarse y relajarse.
"Ya te digo," respondió Juanjo con una sonrisa sincera, apoyándose en la mesa con un aire más despreocupado. "Han sido unos meses largos y complicados."
Jimena, que nunca perdía la oportunidad de hacerle un comentario pícaro, le lanzó una mirada burlona. "¿Te refieres a tu familia, la universidad, o estás hablando de un tal Martin?"
Juanjo no pudo evitar sonrojarse un poco al escuchar ese nombre. Al instante, las chicas se echaron a reír, viendo la reacción que esperaban de su amigo. "Ya estamos con lo mismo..." murmuró Juanjo, tratando de ocultar su nerviosismo mientras le daba otra calada a su cigarrillo.
"¡Venga, Juanjo! No te pongas así," replicó Jimena entre risas, dándole un golpecito en el brazo. "Sabes que te lo decimos con cariño. Además, estamos convencidas de que también siente algo por ti."
Juanjo estaba a punto de responder, cuando una mano le rodeó los hombros de repente. "¿Quién siente algo por ti?" preguntó una voz juguetona a su lado.
El corazón de Juanjo dio un vuelco. Se giró y allí estaba Martin, más guapo que nunca, con su sonrisa radiante y los ojos brillantes. Llevaba una camiseta de tirantes blanca, que resaltaba su piel ligeramente bronceada, y unos pantalones de lino blanco, sueltos, que caían con una elegancia despreocupada, dándole un aire relajado y perfecto para el verano. Sus pies calzaban unas sandalias de cuero marrón, algo desgastadas pero que encajaban con su estilo bohemio. El aroma a coco que desprendía Martin lo envolvió de inmediato, una fragancia fresca y cálida a la vez, tan propia de él, que hizo que Juanjo sintiera un nudo en el estómago.
Tuvo que respirar hondo para calmarse antes de decir nada, notando que se había quedado sin palabras por un momento, completamente embelesado.
"¡Martin!" exclamó Jimena, se adelantó a darle un abrazo. "¡Qué bien que estés aquí!"
Martin le devolvió el abrazo, sonriendo con esa naturalidad que siempre lo caracterizaba, luego saludó a Aurora con otro abrazo. Cuando llegó el turno de Juanjo, ambos se abrazaron cariñosamente, aunque con cierta timidez. "Hola," murmuró Juanjo, apenas capaz de sostenerle la mirada.
"¿Viniste con tus amigos?" preguntó Aurora.
Martin asintió con una sonrisa despreocupada. "Sí, están por allí, pero se han puesto a hablar de no sé qué. Voy a avisarles que estoy con vosotros, que me he esfumado sin decirles nada." Les guiñó un ojo antes de alejarse de nuevo, dejándolos por un momento.
En cuanto Martin se alejó, las chicas se volvieron hacia Juanjo, que estaba completamente rojo. Jimena soltó una carcajada y le dio un codazo juguetón. "¡La cara que tienes, Juanjo! Estás rojo como un tomate."
Aurora, divertida pero más suave, añadió: "No puedes seguir así. Se nota a kilómetros."
Juanjo, intentando disimular su nerviosismo, dio un sorbo a su cerveza y forzó una sonrisa. "¡Venga ya, no es para tanto!" respondió, restándole importancia. Luego, miró a sus amigas con preocupación. "Espera, ¿tanto se me nota?"
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Entre el amor y la ley
RomanceA mediados de los años 70, mientras la dictadura en España se tambalea, dos jóvenes de orígenes opuestos ven cómo sus destinos se entrelazan. Juanjo, el hijo de un estricto coronel del ejército, ha sido criado bajo la disciplina y las normas del rég...