O23; perderlo de vista

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Dos semanas pasaron con normalidad en la universidad. Bueno, para los demás, tal vez, pero no para Taehyung. Había estado viviendo esos días en una constante montaña rusa de nervios y ansiedad.

No podía evitarlo. Ese alfa, que se había convertido en su sombra, casi como un fantasma, lo perseguía a donde sea que fuera. Nunca le dirigía la palabra, solo lo observaba fijamente desde lejos con una sonrisa ladina que le erizaba la piel por completo.

Cada vez que ese alfa lo veía, simplemente sonreía y se alejaba. Era una presencia inquietante, como si estuviera acechándolo.

Y aunque Taehyung intentaba convencerse de que no había motivo real para preocuparse, su omega no ayudaba. Sentía una inquietud que iba creciendo cada vez más.

Hace unos días, Jungkook había notado su extraño comportamiento. Le había preguntado directamente si algo pasaba, con esa mirada que siempre lo desarmaba, pero Taehyung, incapaz de decir la verdad, había inventado una excusa que Jungkook pareció creer.

Al menos eso esperaba.

Sentado en la cama de Jungkook en su departamento, mientras ambos se alistaban para el cumpleaños de un amigo, Taehyung estaba sumido en esos pensamientos cuando de pronto la voz del pelinegro irrumpió en su mente, sacándolo de su ensimismamiento.

—Taehyung. ¡Taehyung! —repitió Jungkook, esta vez zarandeándolo ligeramente.

El peligris parpadeó varias veces antes de que sus ojos se encontraran con los negros de Jungkook, quien lo miraba preocupado.

—¿Estás bien? —le preguntó, frunciendo el ceño.

—Sí, estoy bien —dijo Taehyung rápidamente, intentando sonreír para tranquilizarlo aunque sus palabras no eran sinceras.

Pero Jungkook no se dejó engañar tan fácilmente. Se cruzó de brazos y lo miró con seriedad.

—No lo parece. Te ves… distraído. ¿Seguro que todo está bien? Puedes contármelo, sea lo que sea —insistió.

Taehyung apretó los labios, tratando de no parecer demasiado nervioso. No podía decirle la verdad, no quería que Jungkook se preocupara más de la cuenta o pensara que estaba exagerando.

—Estoy bien, de verdad, Jungkook —repitió, esforzándose por sonar convincente.

Jungkook lo observó por un largo momento, como si evaluara si debía seguir presionando o no. Finalmente, dejó escapar un suspiro.

—Mira, si no te sientes bien, no tenemos que ir a la fiesta —dijo Jungkook, apoyando una mano en su pierna—. Podemos quedarnos aquí, no pasa nada.

—¡No! —respondió el peligris demasiado rápido, sacudiendo la cabeza—. No podemos faltar al cumpleaños de tu amigo. No quiero ser la razón por la que te pierdas eso.

Jungkook se quedó en silencio, todavía procesando la insistencia de Taehyung. Justo cuando parecía que iba a volver a cuestionarlo, Taehyung se inclinó hacia él y, con una sonrisa suave, dejó un beso en su mejilla, justo sobre su cicatriz.

—No te preocupes tanto por mí, ¿okay? —susurró, esperando que con eso lograra calmar las dudas de Jungkook.

Al parecer, funcionó, porque Jungkook finalmente sonrió y le devolvió el beso en la mejilla.

—Está bien, pero ya sabes que si algo pasa, solo dime —respondió con suavidad antes de levantarse de la cama y caminar hacia el armario—. Oye, por cierto, ¿le dijiste a tus padres que saldrías conmigo y que dormirías aquí esta noche?

Taehyung asintió, apartando esos pensamientos oscuros sobre el alfa que lo acechaba.

—Sí, ya están al tanto. No hay problema con eso.

¡no soy omega! ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora