16. Deseos Incontrolables 🔞

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   Anny Beckenbauer.

     El timbre que finaliza la última conferencia termina. Tomo mis pertenencias  guardandolas dentro de mi cartera...

   — Ann, Ever viene por nosotras. Mientras vamos a las cafeterías, se me antojo un frappuccino.

    Sam se agarra de mi antebrazo llevándome a las cafeterías.  Al entrar visualizo al coreano en una mesa con una colega, le sonrio saludando y me corresponde de la misma manera.

   Me alegra que esté conociendo a una chica que si valore lo dulce y respetuoso que es. A otras solo nos gustan los idiotas, amargados, sarcásticos y retorcidos. No se que siento por el cuñado idiota de Samantha, solo se que fantaseo con besarlo y con cosas obscenas todo el maldito tiempo.  Nunca me había sentido de esta manera con ningún hombre, ni siquiera con mi exnovio Tyler de quien me enamoré como una imbécil y me dejó tirada en cuanto se aburrió de mi.

   Otras simplemente somos masoquistas...

   — ¿Usted qué quiere?— Me pregunta el dependiente amable.

   — Lo mismo que ella — Respondo aún sumida en mis pensamientos confusos.

   ¿Me gustará Ewel? O solo es deseo carnal...

   — Tierra llamando a Andrea — Canturrea la pelinegra frente a mi haciéndome reaccionar en varios pestañeos — Últimamente estas muy ida.

   — Sólo quiero que se resuelva la maldita demanda e irme a mi casa — Concluyo.

    Es lo mejor para todos. Vivir con el invasor me ha confundido demasiado.  Ya ni se si lo odio o si lo quiero.

   — Bueno, todos queremos eso — Dice bebiendo de su frappuccino para luego mirarme traviesa — Pero admite que vivir con mi cuñado no es tan malo.

     La verdad no lo es...

   — Es lo peor — Digo fingiendo desagrado.

     Terminamos con los frappuccinos y salimos al parqueo.  Mi corazón da un latido cuando noto a Walker estacionado y escucho el llanto de mi hermosa sobrina Alice. Me encamino hacia ellos sonrientes recibiendo una mirada helada por parte de mi hermano mayor que me borra la sonrisa al instante.

     Toma a la bebe pelirroja en brazos y esta se calma al verme...

   — ¡Antea!— Grita y rio en una carcajada.

   Lleva cuatro coletas que la hacen ver tierna.  Aunque solo tiene un año y medio, tiene el cabello largo y muy abundante igual que su madre. Me acerco a ella besando sus mejillas rojas y rellenitas a la misma vez que sujeto sus manitas impidiendo que me agarre nuevamente del cabello.

   — ¡Dios mio!— Chilla Samantha corriendo hacia acá — ¡Pero que bebita tan tierna!— Habla en un tonito de voz gracioso y mi sobrina la mira mal.

     Sam trata de tocarla y la bebé demonio esquiva sus caricias...

   — Es idéntica al padre — Dice la pelinegra por lo bajo resignada y mi hermano levanta una ceja ofendido.

  — No has cambiado nada, Hard — Saluda mi hermano y Samantha le sonrie estática como vela.

    Cuando eramos niñas le tenía miedo a Walker, y ahora de grandes creo que aún le respeta mucho. No la culpo, yo también. Mi hermano desvia la mirada a mi con su seriedad de siempre.

   — Sube, vamos a por tus cosas — Levanto una ceja confundida — Te vas a vivir con nosotros.

   — ¿Disculpa?— Ironizo y Walker rueda los ojos.

¡Baja la Música! [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora