CAapitulo 6

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Esto era definitivamente complicado con tener a Matt aquí; aparentaba que todo está bien, pero en el fondo sabía que odiaba estar aquí y las actitudes de Naya no le ayudaban nada, pues se la pasaba quejando todo el día.

—Katrina — me dice Matt.

—¿Qué sucede?

—Naya va a estar todo el día en la terraza, espero que puedas decirles a unas de tus sirvientas que le lleven comida y agua.

—No son sirvientas y tienen nombres.

—Son solo empleadas ¿Puedes hacer eso? Esta embarazada.

—Se muy bien que esta embarazada me lo dice su panza.

Este sonríe.

—¿Celosa?

—¿Por qué estaría celosa? — digo visiblemente molesta —No me importa nada de ti.

—Siempre quisiste que tuviéramos hijos.

Me molesta que haga ese tipo de comentarios, pues siempre me dijo que aún no era momento de tener hijos, y es una ilusión importante para mí, y que hiciera aquello con Naya me dolía, pero nunca lo sabría.

—A lo mejor maduras con ese bebé en camino.

—Vamos, Katrina; no tienes que aparentar nada.

Chasqueo la lengua con molestia.

—Matt puedes hacer lo que quieras.

—Aún me amas.

Se está volviendo insoportable, espero que me den la paciencia de no golpearlo hasta verlo sangrar.

—¿Qué te hace creer aquello?

—Me miras como siempre lo has hecho.

—No te miro de ninguna manera particular.

Con su mano me toma la cara, acercándome hacia la suya.

—Debes de extrañarme demasiado.

—¿Cómo puedo extrañarte si siempre me despreciaste?

Me suelta.

—Porque siempre has sido una persona mentirosa, yo no te creo.

Frunzo el ceño sin comprender.

—Nunca he entendido tu enojo hacia a mí.

—Siempre haciéndote tonta, Katrina conmigo no queda, me alegra tanto habernos divorciado.

Trago saliva con fuerza.

—Tú sin mí no eres nada.

—No es cierto.

—Tenías todo por mí, mi apellido, dinero, estatus, todo. Pero actualmente solo eres una nube transparente que parece que no puede continuar con su miserable vida sin mi.

—No te quiero de vuelta en mi vida; si estás aquí es porque quieres lo que te dejó tu abuelo, no nos engañemos.

Sonríe.

A lo lejos veo a Max que me hace señas extrañas de que vaya hacia donde esta, así que paso a su lado para irme.

—Te dejo — le digo a Matt.

Hasta que llegó a Max que parece un poco preocupado por lo que ve en su cara.

—¿Qué sucede?

—Ya casi terminan de arreglar la barda. ¿No sé si quiero verlo?

—Si vamos.

Prefiero eso mil veces que seguir discutiendo con Matt pues parece disfrutar mucho mi dolor, mi desgracia, pues piensa que me duele todo, aunque es un hecho, no pienso doblarme y vencerme por él, aunque esté sangrando.

Entre dos amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora