En cuanto llego me bajo casi corriendo; al llegar a su puerta espero que su papá no se encuentre cosa. Y toco la puerta, esperando con paciencia que llegue a abrirla, y eso es lo que sucede, pues la cara de Luke es evidente sorpresa.
—Katrina.
—¿Por qué no me has contestado?
—Estuve ocupado.
—Luke, por favor, hablemos.
Suspira, dejándome pasar y puedo notar la manera en que me mira, pero pareciera que algo dentro de él empieza a contenerse.
—¿Sobre qué?
—¿Vas a seguir enojado?
—No estoy enojado; solo quiero comprender.
—Lo siento.
Luke se queda quieto.
—Porque quizás herí tus sentimientos sin saberlo, pero no lo hice con dolo.
—No es por eso, Katrina; solo me molesta que Matt siga tratándote como si le pertenecieras cuando eras su esposa.
—No lo quiero.
—Pero él sí.
—Ya se casó.
—Eso no significa que no sienta algo por ti.
—Luke —me acerco—, no le decía a nadie de lo nuestro porque me da miedo.
—¿Miedo? ¿De qué?
—Me pasa lo mismo, que fracasemos.
—No pasará, Katrina —me acaricia la cara—. No soy Matt.
—Lo sé, pero lo bueno dura poco.
Suspira Luke.
—No pasará; eso te lo puedo asegurar.
Frunzo el ceño, me gusta creer en sus palabras; sé perfectamente que Luke no es nada parecido a Matt; son mundos completamente distintos a miles de años de distancia, y por eso me siento fascinada con él.
—Luke.
—Yo también lo siento.
Sin pensarlo lo abrazo rápidamente, el cual me acepta por completo; nos quedamos un momento de esta manera, volviendo a tranquilizarme.
—¿Por qué traes ese vestido?
—Para que me perdonaras.
Arquea la ceja.
—¿Piensas seducirme?
¿Alguien me dijo que la mejor manera en arreglar un problema con un chico es haciendo cosas indebidas?
—Estoy de acuerdo con eso, y me encantas.
Empiezo a reírme, se me acerca para besarme y dejándome llevar porque esto era lo que necesitaba de él.
—Luke.
Para besar ahora mi cuello, atrayéndome hacia su cuerpo, esto era lo que quería de Luke.
—Debo de cerrar la parte de atrás —muerde sus labios—. Ve a la habitación, ahorita te alcanzo.
Asiento, y sin pensarlo subo hasta su cuarto para cuando llegue me quito los zapatos dejándolos aún lado. De repente me siento otra vez nerviosa, pero volteo cuando escucho que abre la puerta.
—Listo.
—¿Tu papá no vendrá?
—No.
Se acerca, volviéndome a besar con fuerza, y tomo con mis manos su rostro, el que extrañe demasiado, y sus manos me sujetan mi cintura para caminar hasta llegar a la cama acostándome en ella.
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Entre dos amores
TerrorKatrina Archer decide divorciarse de Matt Wilson un empresario millonario como poderoso, y está dispuesta a comenzar de nuevo mudándose a la granja el arda y entender que ya no está en la gran ciudad. Y aguantar a su guapo, sexy e insoportable capat...