Capitulo 19

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Las mesas las estamos acomodando junto con los manteles, y esperando que James logre distraer por completo a Julia para que no se dé cuenta de nada. Seguimos haciendo lo que nos corresponde y algunas personas comienzan a llegar de a poco sentándose.

—Se ve bien — me dice Luke.

—Estoy segura que le gustara bastante a Julia.

—Estoy seguro que si le encanta, en especial porque es rosa— mueve las manos.

Comienzo a reírme pues sabía que en el fondo a Julia le gustaría ser una pequeña princesa que conoce a su príncipe encantador. Así que le daría una fiesta como quiere.

—Espero que le guste.

—Le encantara.

Sonrió.

Miro la hora de mi reloj y probablemente James no logre mantener por más tiempo a Julia entretenida comprando cosas sin sentido, y conociéndola estará desesperada por regresar pues conoce a su madre. Y como ya casi es de noche debe de regresar, y justo en ese momento suena mi celular.

—¿Qué paso?

—Julia va a la casa.

Salgo corriendo para la entrada principal de la casa para poder detenerla en cuando la veo me paro enfrente de ella.

—Julia.

—Katrina — me sonríe.

—¿Me acompañas?

Asiente.

Le doy una mirada a James el cual solo asiente casi corriendo al otro lado, por lo que ambas subimos directo a mi cuarto.

Me acerco a mi cama tomando una caja color beige con un moño negro arriba, y como se lo mucho que le mola a Julia las cosas de lujo porque siempre se la pasa viendo mi ropa.

—Feliz cumpleaños.

Ella mira la caja y parpadea varias veces como si estuviera tratando de comprender todo lo que está pasando.

—¿Para mí?

—Si.

Ella lo toma con cierta emoción y corre hacia mi mesita para abrir con felicidad, cuando la abre de manera lentamente pone sus manos en la cara.

—¿Es para mí?

—Si.

Saca con emoción el precioso vestido de olanes de color rosa con algunas piedras pequeñas que daban cierta luz que requería como princesa de cuento de hadas.

—Póntelo.

—¿Ahora?

Asiento.

Sale corriendo a mi baño y busco también los tacones plateados que le compre esperando que le queden pues con zapatillas nunca se sabe.

Sale del baño y si parece totalmente una princesa y con la cara de emoción que tiene me dice todo, y empieza hacer movimientos extraños que significa felicidad.

—Falta las zapatillas — se las muestro.

—No puedo creerlo.

Se los pone a máxima velocidad máxima que cuando ya está toda vestida se mira en el espejo poniendo sus manos en la cara tratando de tranquilizar su emoción.

—¿Te gusta?

—Me encanta. Debo de mostrarle a mi mamá y los chicos.

La detengo.

Entre dos amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora