Querida Emma
Lamento mucho cómo terminaron las cosas, lamento todas esas veces cuando te molestaba, cuando me reía de ti porque le tenias miedo a los insectos, bueno, todavía le temes a los insectos pero te haces la fuerte. Siempre has sido fuerte Emma Böhmeris, eso me encanta de ti, eres una guerrera que no le hacen falta escudos o espadas, eres mi inspiración a no rendirme nunca, aunque a veces soy muy vaga y rendirme es la opción más fácil. ¿Te acuerdas cuando fuimos a la gran ciudad juntas? Vimos un montón de vestidos y botones excelentes, unos carros tan preciosos que daban envidia, si no fuera por la mirada de la gente diría que la gran ciudad es nuestro lugar, pero estaría mintiendo, nuestro lugar Emma, es el campo, es estar con la vieja vaca, Sophie la cabra y su amiga, las gallinas rabiosas y esas gaviotas que no paraban de volar sobre nuestros techos, nuestro lugar es el bosque y el sonido de las olas, los rayos de sol besando nuestra piel, el atardecer y la gran luna sobre el acantilado. Aún me acuerdo cuando vi tus ojos con tanto detalle que me perdí en ellos, cuando hablabas y quedaba embobada por las cosas tan inteligente que decías, esa vez cuando el sol estaba sobre ti, de tan solo imaginarlo de nuevo siento tus brazos rodeandome. Emma, estoy enamorada de ti, de todo tu ser, no me conformo con nadie que no seas tu, eres mi corazón. Lamento mucho no poder darte una vida juntas, lamento mucho no poder darte un último beso y un adiós, contigo aprendí que mi sonrisa si es linda, si te gusta a ti debe ser perfecto, o eso es lo que me decías siempre para hacerme sentir bien conmigo misma. No me despido de ti Emma, es un hasta luego, lo prometo, prometo buscarte en todas mis vidas, quedaras fundida en mi alma, entrelazada con mi espíritu y siendo amantes en cada uno de mis días. ¿Sabes algo? Cuando miraba las estrellas me acordaba de ti. Si te soy sincera, no quiero irme aún, pero sé que esto llegó a su final, gracias por ser mi todo, gracias por hacerme la persona más feliz del mundo. Adiós Emma, mi amada, no llores por mí, las lágrimas derramadas limpialas y sumerge tu pena en el cariño que nos tuvimos. Te amo, hoy y siempre, en esta vida y en las siguientes.
Yanneth Schäfer
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HIPOFRENIA
RomanceEl dolor causado por el amor es una de las más crueles condenas; arde en el pecho y ahoga el alma. Las manos entrelazadas de Yanneth y Emma son el único consuelo que les queda. Los pecados parecen incontables, pero una de ellas está dispuesta a romp...