Capítulo 4

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La fatiga finalmente me vence y me quedo dormido, sumido en un torbellino de pensamientos.

Cuando abro los ojos al día siguiente, durante unos instantes, creo que todo lo ocurrido solo ha sido un mal sueño. Me estiro en la cama, deseando con todas mis fuerzas que no haya un compañero de asignación a mi lado, que el lío con el hijo del Gobernador sea solo un malentendido que pueda olvidar.

Me levanto despacio, tratando de sacudirme la somnolencia, y me dirijo a la pequeña cocina de mi camarote. El aroma a café recién hecho me recibe, y por un momento, me permite olvidar lo complicado que se ha vuelto todo. Cojo la taza humeante y me acerco al holograma, encendiéndolo con un toque rápido en el panel. La pantalla tridimensional cobra vida en el centro de la sala, proyectando las noticias de la mañana.

Las primeras imágenes me hacen fruncir el ceño. Una reportera con rostro severo narra los eventos que han ocurrido durante esta noche en los Almacenes de Medonia.

—...Una gran cantidad de Exsodio ha sido robada en un audaz asalto anoche. Más de mil kilos de la peligrosa sustancia, destinada a ser destruida, han desaparecido, dejando un saldo de seis agentes muertos y dos más gravemente heridos.

La pantalla muestra imágenes de los almacenes, con las luces de emergencia aún parpadeando y la policía forense trabajando entre los escombros.

—El Gobernador Tatsuya Kimura dará una rueda de prensa en las próximas horas para abordar lo sucedido. Este incidente plantea serias preguntas sobre la capacidad de nuestras fuerzas para protegernos de estas bandas que cada vez asolan más el sistema...

El café se me enfría en la mano mientras proceso la información. Un robo de esa magnitud, con tantos agentes muertos... Esto no es un simple golpe de suerte. Esto es algo grande, y tengo la certeza de que la SNC nos va a implicar de lleno en esta investigación.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por una voz robótica que resuena en todo el camarote.

—Mensaje general para todos los agentes. Diríjanse de inmediato a la sala de operaciones para recibir instrucciones. Repito, todos los agentes deben presentarse en la sala de operaciones.

Dejo la taza en la repisa y corro hacia mi armario. Esto no es un simulacro; se trata del Exsodio robado, y necesitan a todos los agentes disponibles para abordar esta situación.

El traje de agente está perfectamente doblado y listo para ser usado. Es una pieza de alta tecnología, una segunda piel que se ajusta a mi cuerpo con precisión milimétrica. De un negro profundo, el material es flexible y resistente, capaz de soportar condiciones extremas y proporcionando una movilidad total. Las botas reforzadas están integradas en el traje, adaptándose a mis pies como si fueran parte de mí. El traje marca cada músculo, cada línea de mi cuerpo, optimizando tanto la protección como el rendimiento.

Me visto con rapidez, sintiendo cómo el traje se ajusta a mí, activándose con una ligera vibración que recorre mi piel. Estoy listo para la acción.

Cuando me dispongo a salir del camarote, me encuentro con lo que menos quiero ver a estas horas: la sonrisa perfecta de Naoki, esperándome al otro lado de la puerta.

—Buenos días, Callahan —me saluda con un tono alegre que, honestamente, me resulta fuera de lugar dada la situación.

Me limito a asentir, ignorando su saludo y pasando junto a él sin detenerme. No estoy de humor para formalidades, y mucho menos para compartir una misión con alguien que no he pedido como compañero. La verdad, preferiría manejar esto solo, como siempre lo he hecho. La compañía nunca ha sido mi punto fuerte.

Siento que Naoki me sigue el paso, pero no hago esfuerzo alguno por entablar conversación. Es lo que hay. No sé cómo demonios me desharé de él, pero ahora mismo no tengo ganas de discutir nada. Supongo que la misión que me espera es más importante en estos momentos, y aunque no me guste, sé que no es buena idea presentarme ante mi padre sin él.

Cuando llego a la sala de reuniones ya hay un despliege considerable. Veo filas de agentes alineados, todos en sus trajes, esperando las instrucciones. Yo me uno a la hilera más cercana y, como no, don sonrisas se pone a mi lado. Sin querer, me encuentro mirandole, está a mi izquierda, casi de espaldas a mí y recorro su espalda hasta...

Me mira de soslayo y me dedica una sonrisa antes de volver a mirar al frente. De repente siento el calor subiendo a mis mejillas.

"¡¿Pero qué coño me pasa?!"

El murmullo de voces cesa cuando mi padre sube al podio al frente de la sala.

—Agentes —comienza, con un tono de voz que anuncia gravedad—, hemos sufrido una grave brecha en nuestra seguridad. Más de mil kilos de Exsodio han sido robados anoche de los Almacenes de Medonia. Seis de nuestros mejores agentes han caído en el cumplimiento de su deber, y otros dos están luchando por sus vidas. No podemos subestimar la gravedad de esta situación.

Mi padre se toma un momento, dejando que sus palabras se asienten en nosotros antes de continuar.

—Hasta el momento, nuestras primeras investigaciones revelan que el ataque fue cuidadosamente planeado. Los asaltantes conocían el diseño de los almacenes y también el horario de las patrullas. Han dejado pocas pistas, pero las que tenemos nos hacen saber que esto no es obra de delincuentes comunes. Nos Enfrentamos a una amenaza mucho mayor de lo esperado.

Una proyección holográfica aparece detrás de él, mostrando el plano de los almacenes y los puntos clave del asalto.

—Nuestro objetivo es claro: debemos recuperar ese Exsodio antes de que se distribuya. No podemos permitir que una cantidad tan grande de esa sustancia caiga en las manos equivocadas. Todos los equipos seréis asignados en esta misión de inmediato. Vuestros líderes de escuadrón os darán más detalles.

Las filas de agentes permanecen firmes, pero puedo sentir la tensión en el aire. Mi padre es consciente que nos ha encomendado una misión muy peligrosa, lo leo en sus ojos, incluso desde esta distancia.

Al final de la sala, los líderes de escuadrón comienzan a dar instrucciones a sus equipos.

Antes de que pueda escabullirme, el líder de escuadrón se acerca a mí. Dante es un hombre alto y corpulento, con cicatrices que cuentan historias de misiones pasadas y su presencia impone respeto.

—Callahan, Kimura —dice en tono firme—. Vosotros dos trabajaréis juntos en esto. Pero no con el escuadrón. Seréis nuestros infiltrados en Celestial City. 

Cyberboyd - SIEMPRE JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora