Han pasado varias horas desde que empezamos a hablar, y finalmente Naoki se gira hacia mí..
—La nave está lista para no ser detectada —dice con su tono tranquilo.
—Rumbo a Marte, pues —respondo, aliviado de que, por lo menos, algo salga según lo planeado.
El descenso en Marte se produce sin problemas, sin ninguna nave que nos intercepte ni alarmas que se activen. Todo parece en orden, y comenzamos a adentrarnos en el planeta, descendiendo suavemente a través de la atmósfera.
—Dejaremos la nave en las afueras —comenta Naoki mientras ajusta los controles—. Luego vendrán por nosotros y nos dejarán a unos metros del punto de encuentro. Tenemos que reunirnos con un enlace que nos dará información sobre Vashire. Me ha costado encontrarlo, así que no podemos fallar.
—¿Un enlace? ¿Estás seguro? —pregunto, sintiendo una ligera duda en el fondo de mi mente.
Naoki asiente.
—Si esa rata de Vashire se esconde en Marte, este tipo sabrá algo. Especialmente tratándose de un RunData. De hecho, es él quien les consigue los trabajos. Quiere reunirse con nosotros en un local del que hasta los agentes prefieren mantenerse alejados. Así que debemos ser precavidos.
—Suena encantador —respondo con ironía—. Pero... ¿tienes un plan, verdad?
—Yo me encargo—responde él, lanzándome una mirada que intenta tranquilizarme—. No te preocupes.
No me preocupa tanto lo que pueda pasarme a mí. Lo que me inquieta es Naoki. No quiero volver a pasar por lo mismo de la última vez, cuando estuvo tan cerca de... No puedo ni pensar en eso ahora.
Cuando la nave desciende, salimos y me coloco la mochila al hombro, casi sintiéndome como un maldito turista. "Perfecto", pienso, sarcásticamente. Naoki saca su intercomunicador y envía un mensaje para avisar de nuestra llegada. En cuestión de minutos, un vehículo aparece a lo lejos y se detiene a unos metros de nosotros, en medio del árido paisaje marciano. La verdad es que marte tiene un encanto difícil de explicar. Todo es arena rojiza y todo eso. Pero tiene un encanto único y una de las mayores megaciudades del sistema.
Cuando entramos en el vehículo una voz robótica nos da la bienvenida.
—Bienvenido, señor Naoki Kimura. —Luego se dirige a mí—. Hola, sujeto sexy no identificado.
Yo enarco una ceja. ¿Sexy? ¿Cómo que sexy?
Naoki se ríe y me explica.
—Este vehículo ha sido uno de mis más leales sirvientes. Ha visto muchas de mis travesuras y nunca ha revelado nada que le haya pedido que no dijera, así que podemos confiar en él.
—¿Confiar en una máquina? —murmuro—. Si tú lo dices.
Naoki sonríe radiantemente, y por un momento, veo un destello de su antigua esencia. Ese brillo en sus ojos que hacía tiempo que no veía. No puedo evitar sentirme aliviado de verlo así, aunque solo sea un pequeño momento.
—Echaba de menos esa sonrisa —le digo, casi sin darme cuenta de lo que estoy diciendo.
Naoki se pone serio de repente, y me mira directamente a los ojos.
—¿De verdad? —pregunta.
Por un instante, me quedo paralizado, pero simplemente asiento.
El vehículo se detiene bruscamente.
—Ups —dice la voz robótica, lo que provoca una carcajada instantánea en Naoki.
—¿De qué te ríes? —pregunto, sin entender qué le ve de gracioso a la situación.
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Cyberboyd - SIEMPRE JUNTOS
RomantizmLazarus Callahan es un agente de la SNC con muy mal carácter. Desde la pérdida de su madre a causa de una de las drogas más letales de la galaxia, se ha dedicado en cuerpo y alma a capturar a quienes trafican con ella. No tiene otra motivación ni ob...