—No esperaba verte así —digo, rompiendo el silencio, aún algo impresionado por la escena que acabo de presenciar—. Creía que seguirías en el hospital... Parece que te he vuelto a subestimar de nuevo.
Intento que suene como un cumplido, pero Naoki no responde con su habitual sonrisa. En lugar de eso, se acerca a un banco que está cerca del ring improvisado. Agarra una toalla blanca y se seca el sudor del rostro y el torso. Sus movimientos son lentos, casi mecánicos. Algo está mal, y lo noto.
Observo en silencio, esperando que él diga algo, que rompa ese muro invisible que parece haber entre nosotros. No me atrevo a hablar más. Y, por fin, lo hace.
—Dejaste que me llevaran —dice Naoki, sin mirarme, su voz apenas un susurro, pero lo suficientemente clara para que sus palabras me atraviesen.
Al principio no lo entiendo. Entonces pienso que se refiere a la misión, a lo ocurrido en el motel, cuando todo explotó en pedazos. Mi mente comienza a buscar excusas, respuestas, pero sigo sin entender nada.
—¿Qué? No... No lo hice —empiezo a decir, dando un paso hacia él—. Me encargué de sacarte de ahí cuando todo voló por los aires. No te abandoné, Naoki. Estuve ahí hasta el final.
Naoki sigue secándose el sudor, su mirada está fija en el suelo. No es la misión, hay algo más. Entonces levanta la vista, clavando sus ojos en los míos, y entiendo que me he equivocado.
—No me refiero a la misión —dice, su tono es ahora más firme—. Me refiero a cuando los agentes de mi padre me sacaron de la estación Nexus sin hacer nada. Me dejaste ir... sin siquiera intentar detenerlos.
Su acusación me golpea como una descarga eléctrica. De repente, lo entiendo. No es solo la misión lo que lo ha afectado. Es algo mucho más personal, algo que no vi venir. En mi mente, trataba de procesar lo ocurrido en términos de la misión, pero para él... fue otra cosa. Dejé que se lo llevaran sin pensar en cómo se sentiría, sin pelear por su lugar en mi equipo, sin hacer nada. Me siento como una mierda por ello.
Me quedo de pie, sin saber qué decir, sintiendo cómo el aire entre nosotros se vuelve más pesado con cada segundo que pasa.
—Naoki, yo... —empiezo, buscando las palabras para sincerarme, para aclarar lo que siento, pero no llego muy lejos.
De repente, una chica entra en la sala dando saltos, moviéndose al ritmo de la música que escucha a través de un implante. Tiene una energía contagiosa, y al verla, es imposible no darse cuenta de que esa chica tiene que ser la hermana de Naoki. Son casi idénticos, con los mismos rasgos finos y una sonrisa que ilumina la habitación, aunque la suya se ha congelado nada más verme.
Saluda a Naoki en japonés con una voz alegre. Él le responde con un simple sonido de asentimiento, sin apartar la vista de mí. La tensión entre nosotros sigue en el aire. Ella parece preguntar algo más, a lo que Naoki responde asintiendo con la cabeza, con una expresión más relajada.
Entonces, ella se acerca a mí, y no puedo evitar sentirme observado con detenimiento. Da vueltas a mi alrededor, examinándome como si fuera un extraño objeto de interés. Dice algo en japonés, pero no entiendo ni una sola palabra, lo bien que me iría un implante traductor ahora mismo... Naoki le responde en su idioma, y aunque no sé lo que están diciendo, su hermana sonríe divertida, casi burlona.
Finalmente, se detiene frente a mí, con una sonrisa amplia y amistosa. —Soy Yumi Kimura —dice ahora en el idioma común, sin perder su encanto.
—Encantado —respondo, extendiendo la mano—. Yo soy...
—Sí, ya sé quién eres —interrumpe, ignorando mi gesto de saludo—. Mi hermano casi pierde la vida por ti.
Lo dice sin rencor ni sarcasmo, solo como si estuviera exponiendo un hecho. La franqueza me descoloca, pero antes de poder reaccionar, ella se vuelve hacia Naoki.
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Cyberboyd - SIEMPRE JUNTOS
RomanceLazarus Callahan es un agente de la SNC con muy mal carácter. Desde la pérdida de su madre a causa de una de las drogas más letales de la galaxia, se ha dedicado en cuerpo y alma a capturar a quienes trafican con ella. No tiene otra motivación ni ob...