23. Nuevos planes

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~*~Lucy~*~

Oía los disparos mientras que corría a ninguna parte. Solamente esperaba que nada malo le hubiese pasado a Paul. Si algo llegase a pasarle, yo...

–¿Qué os pasa, Lucy? –preguntó una voz conocida.

Al parecer en algún momento me había caído al suelo y había empezado a llorar como un bebé.

–¡Edward! –grité entre llantos– Paul..., el conde...

No dejaba de decir cosas sin sentido y eso solo hacía que Edward me mirase preocupado.

Él se sentó a mi lado y empezó a consolarme.

Poco a poco todo empezó a nublarse y me encontraba mareada.

–Tranquilizaos –me aconsejó–. Inspirad, –Tomé aire, pero aún así seguía algo mareada–, expirad.

Cuando expulsé el aire de mis pulmones todo empezó a girar a mi alrededor. Cuando aterricé mi amigo ya no estaba en frente de mi, eso significaba que ya había vuelto al presente.

Me levanté del suelo y me fui corriendo a la sala donde se encontraba Paul. Mientras corría no dejaba de rezar para que nada le hubiese pasado. "Menuda tontería –pensé–, seguramente Paul está bien. Él es inteligente, sabe qué hacer en cada situación y nunca sale herido". Eso pensaba y esperaba. Dejé de llorar con esa idea en la mente. Era casi imposible que algo le ocurriese.

Casi...

Seguí corriendo por los pasillos y antes de llegar a la puerta me encontré a Paul tirado en el suelo del pasillo con una herida de bala a la altura de la cadera, la cual no tenía muy buena pinta.

Me quedé paralizada por unos segundos. Paul estaba rodeado de sangre, su sangre, y estaba muy pálido.

–¡Paul! –grité de dolor cuando volví a la realidad.

Corrí los pocos metros que nos separaban y me tiré a su lado. Su rostro estaba tan blanco como el papel y sus labios se estaban volviendo morados.

–¡Paul! ¡Despierta! –gritaba mientras le sacudía– ¡No me dejes! ¡Te necesito! –Sentía las lágrimas volver a resbalarse sobre mis mejillas.

Puse mi oreja en su pecho para poder oír sus latidos. El latido de su corazón era muy débil y eso no parecía ser nada bueno. Me incorporé y le zarandeé de nuevo.

–¡Paul! –volví a gritar desesperada– ¡No te vayas! ¡No me dejes sola!

Paul entreabrió los ojos y me miró.

–Hola –me saludó con voz débil.

Sonreí levemente y suspiré. Al menos estaba consciente.

–Hola –devolví el saludo acariciando su cabeza.

–¡¡Paul!!, ¡¡Lucy!! –gritó Falk.

Giré la cabeza y le vi venir corriendo hacia nosotros junto el doctor White, mi abuelo y mister George.

–¿Estás bien, Lucy? –me preguntó mi abuelo.

Asentí con la cabeza y después dirigí mi mirada hacia Paul que había vuelto a cerrar los ojos y en esos momentos Jake le estaba revisando la herida que tenía en la cintura.

–Paul... –susurré.

Lucas me abrazó y me frotó la espalda.

–Estará bien. No te preocupes.

No sé por qué, pero esas palabras solo hicieron que llorara aun más fuerte.

}|{Paul}|{

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2016 ⏰

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Lucy y PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora