Lucy y Paul

4. Papagallo

~*~Lucy~*~

–Señorita Montrose –me llamó la profesora de ciencias.

Me desperté de mi ensoñación.

–¿Sí? –dije aún un poco distraída.

–Dígame que estaba diciendo hace un momento.

Me había pillado, pero no era mi culpa. Ya habían pasado tres semanas desde que conocí a los del círculo interior. Hace tres semanas que no hablo con Paul como lo hacíamos normalmente, es decir, como lo hacíamos antes. En ese momento solo nos decíamos los típicos "hola" y "¿qué tal?", nada de "princesa" ni de bromitas, ¿tan mala fue mi respuesta?, ¿realmente quería hacer las paces? No paraba de pensar en eso. Siempre intentaba preguntarle qué pasaba, pero después me acobardaba y me tragaba las palabras, no me atrevía...

–Lo siento profesora, no lo sé.

Ella suspiró, no era la primera vez que me llamaba la atención.

–Lucy, quédate un poco más antes de salir al recreo.

–Pero... –intenté protestar pero me interrumpió.

–No hay "peros" que valgan, tenemos que hablar de tu comportamiento.

Acepté a regañadientes y me quedé en clase como la profesora me dijo.

–Lucy, veo que últimamente estás muy distraída y apenas participas en clase, ¿qué te pasa?

No contesté, en vez de eso aparté la mirada y la fijé en el suelo.

–¿Es por la mudanza?

Seguí sin contestar.

–Mira, Lucy, sé que eres muy buena chica, además de una de las más inteligentes, pero si sigues así te vas a cargar el curso.

Que se lo cree ella, lo que estaban dando yo ya me lo sabía desde hace mucho tiempo.

–Lo sé, sé que estoy peor, pero es por unas actividades extraescolares –Los viajes en el tiempo– que tengo, me tienen un poco estresada.

–¡Ay! Lucy –exclamó comprensiva– debes de intentar relajarte de vez en cuando.

Levanté la vista.

–Ya... Bueno, sino le importa me voy yendo al patio.

–Claro. –Empezó a recoger sus cosas y yo me fui al patio.

Fui caminando despacio, sin ganas. Ese día también tendría que ver a Paul, y otra vez hablaríamos como si fuéramos vecinos en un ascensor.

–¿Qué te ha dicho? –me preguntaron Rachel y Hannah al unísono nada más llegar.

–Nada importante, tan solo que no me distraiga más –medio mentí.

Todos asintieron y empezaron a hablar de la nueva película que iban a estrenar y creo que haríamos una quedada para verla. La verdad es que no estaba atenta, mi mente estaba pensando en una sola persona, a la cual solo conocía de hace unas semanas y ya me preocupaba cómo me hablaba.

}|{Paul}|{

–¡¡Paul!! –me llamó mi hermano furioso.

A saber qué pasó esta vez. Repasé mentalmente si había hecho todo lo que me mando o si había hecho algo malo.

–¡¡Paul!! –volvió a gritarme.

–¿Y ahora qué he hecho? –dije un poco despistado.

–Dime qué es esto. –Me enseñó una hoja con la última prueba de la universidad que había hecho, había suspendido.