10. Sueños

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}|{Paul}|{

Lucy la llamé tímido, podrías venir un momento.

Estábamos en el cuartel de los vigilantes y acabábamos de volver al presente.

Ella asintió con la cabeza y se acercó a mi.

Lucy, tengo que decirte algo, pero no sé como. La cogí de la mano y la miré a los ojos Como ya habrás visto yo... siento algo fuerte por ti, siento mucho cariño por ti, pero no es el tipo de cariño de hermanos ni de amigos, no. Mi cariño es algo especial, un cariño que se tiene con las personas que son más que amigos, un cariño que... bueno, estoy diciendo demasiado la palabra "cariño", así que mejor voy al grano.

Inspiré fuertemente y la miré fijamente a los ojos. Intenté contarle lo que quería con la mirada, pero ella no lo veía o no se daba cuenta.

Princesa, lo que siento por ti es muy fuerte, me gustas y mucho. Puede que en un principio te tomara como una niña mimada, pero pasando el tiempo he visto que quiero ser algo más que tu amigo así que... Lucy MontroseLa acaricié la mano–, ¿quieres ser mi novia?

Sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría, su mano libre se tapaba la boca y su cabeza asentía frenéticamente.

Yo también siento algo muy fuerte Paul se sinceróy no quiero volver a tenerte lejos. Paul de Villiers acepto ser tu novia.

Sonreí de oreja a oreja, la abracé y la alcé del suelo dándola vueltas.

Ella no paraba de reírse y yo no dejaba de mirarla sonriente, por fin lo había hecho, por fin me había declarado a mi princesa.

La bajé al suelo y me quedé mirándola. Los dos estábamos jadeando por el cansancio y la euforia de que estuviéramos saliendo.

Estábamos muy juntos, demasiado, tanto que podíamos respirar el aire del otro. Miré sus labios, esos labios que desde hace mucho tiempo había intentado probar, pero nunca había podido, pero ahora nada ni nadie me lo impedía.

Me acerqué poco a poco y justo cuando nuestros labios se rozaban dije:

Te quiero, princesa.

Yo también te quierocontestó.

Sonreí y estaba apunto de besarla cuando de repente oí a mi hermano.

–¡Paul! ¡Paul. Despierta de una vez, tienes que ir a la universidad y llegas tarde, muy tarde.

–¿Qué hora es? –pregunté aun un poco adormilado.

–Las ocho y media, así que date risa y levanta el culo.

Solté todas las maldiciones posibles. Las clases habían empezado hacía media hora.

–¿Por qué no me has avisado antes? –me quejé mientras que entraba corriendo a cepillarme los dientes, no tenía tiempo para ducharme.

–Pensaba que te habías ido, pero de repente te oí decir: "te quiero, princesa".

Me paré y me sonrojé al recordar mi sueño, eso era, un sueño, alucinaciones, no era real. Lucy y yo no estábamos saliendo, ni siquiera me había declarado.

–Por cierto, me tienes que decir quien es esa "princesa" con la que sueñas, estoy seguro que es Claire, pasas mucho tiempo con ella.

–Paso tiempo con ella porque es mi compañera de debates, nada más...

Lucy y PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora