Belle se dirigía a la ciudad una tarde tranquila. La joven había oído hablar de una nueva tienda que supuestamente vendía artículos mágicos y estaba ansiosa por echarle un vistazo. Más específicamente, la mujer estaba un poco aburrida con su nueva vida en la nobleza y tenía la esperanza de poder encontrar algo que agregara un poco más de emoción. Actualmente llevaba puesto su vestido de princesa amarillo abullonado que la hacía sentir un poco tonta, pero su esposo le había recordado su nueva posición en la vida y, como tal, era importante mantener las apariencias más de lo que estaba acostumbrada.
La belleza morena llegó pronto al "emporio mágico" y se bajó de su montura para echar un vistazo. Entró en el edificio, que estaba bastante poco iluminado. Varios tomos y pociones se alineaban en las paredes, a pesar de ser un establecimiento supuestamente nuevo, todo tenía un aspecto bastante viejo y lúgubre. El propio tendero parecía tan antiguo como las mercancías, era un hombre delgado y calvo que vestía una túnica. Tenía ojos amarillos desiguales y le faltaban la mayoría de los dientes. Una barba blanca de aspecto deshilachado le llegaba hasta la cintura.
“Bonjour mademoiselle, ¿qué puedo ayudarla a encontrar?”
Belle se mordió el labio nerviosamente, le daba un poco de vergüenza admitir lo que realmente buscaba. Sin embargo, los estantes de productos mágicos estaban mucho más allá de su comprensión, por lo que sabía que no sería capaz de encontrar lo que quería sin la ayuda del tendero.
“Bueno… uhhh… me gusta el auto-bondage y me gustaría hacerlo más… interesante”.
Belle sintió que su rostro se sonrojaba un poco al admitir su pedido. Para su gran alivio, el tendero no parecía tener ningún atisbo de juicio en su rostro, en lugar de eso se agachó y comenzó a hurgar en áreas invisibles detrás del mostrador. Pronto emergió sosteniendo un anillo gris opaco, pero cuando lo sostuvo en su palma brilló con una luz amarilla un tanto extraña.
“Este es un anillo mágico. Mientras lo uses, seguirá haciendo que todo lo que estés haciendo sea más interesante. Si lo que estás haciendo se está volviendo abrumador, simplemente quítatelo y todo lo que haya hecho mágicamente desaparecerá”.
Belle extendió la mano, tomó el anillo y comenzó a mirarlo, con una mirada hambrienta en sus ojos marrones oscuros.
“¡Eso suena maravilloso, creo que lo tomaré!”
El anciano arrugado asintió con la cabeza y Bella le entregó la considerable cantidad de dinero que debía por el abalorio mágico. Rápidamente se lo puso en el dedo y sonrió, estaba increíblemente emocionada por llegar a su casa en el castillo y probar el poder del anillo. Salió de la tienda, volvió a subir a su corcel y comenzó el viaje de regreso a casa, que por más ansiosa que estuviera aparentemente tomó mucho más tiempo de lo normal. Bella se tomó el tiempo de saludar a algunos de los sirvientes cuando llegó a casa, no queriendo parecer arrogante ante sus amigos a pesar de lo desesperadamente emocionada que estaba por comenzar a probar su nuevo juguete.
Una vez que terminaron las conversaciones y las formalidades, Belle se apresuró a ir a la torre en desuso donde hacía sus sesiones privadas de bondage. Sacó un saco morado escondido que contenía su provisión de cuerda y cinta y comenzó a vaciarlo en el suelo, con el corazón palpitando de emoción. Se sentó en el suelo y comenzó a enrollar una hebra de la cuerda marrón alrededor de sus tobillos, atando sus pies juntos. Sus manos prácticamente temblaban de emoción mientras se ataba.
“Veamos cómo funciona este anillo”
Belle se dijo a sí misma mientras arrancaba una tira de cinta gris y la alisaba sobre sus labios. Luego tomó otra hebra de la cuerda y comenzó a enrollarla alrededor de su muñeca izquierda. Dejó suficiente espacio para que una vez que puso sus manos detrás de ella pudiera deslizar su mano derecha, uniendo sus extremidades sin apretarlas. De repente, la magia del anillo entró en acción y las cuerdas que ataban sus tobillos y muñecas se tensaron considerablemente.
